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Arzobispo dice que Puerto Rico no debe vivir en el miedo

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Por CyberNews

redaccion@esnoticiapr.com

 

El Arzobispo metropolitano de San Juan, monseñor Roberto Octavio González Nieves, dijo este viernes como parte de su homilía del Día de Navidad que Puerto Rico no debe vivir con miedo.

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“A muchos nos parece vivir en un Puerto Rico asustado. Nos espanta la reiterada corrupción cuatrienio tras cuatrienio, el tribalismo, los asesinatos, la violencia de género, el crimen de odio, la intolerancia, la pobreza, especialmente entre los niños y las niñas».

«Nos asusta cuando la religión se politiza o se usa para lanzar piedras en vez de vendar heridas; nos asusta cuando el sector religioso falla y no da testimonio de fe y fidelidad, cuando parecemos ser anti signos del evangelio de Cristo mismo. Nos asustamos cuando el gobierno no funciona, cuando los jóvenes no estudian o cuando la educación falla, cuando fallamos en la salud, en la seguridad y en la eliminación de la pobreza y en atender al desempleo; y cuando no cumplimos con las medidas para evitar el Covid”, dijo González Nieves en su homilía.

“Sin embargo, en esta y cada Navidad, se nos invita a no temer, se nos invita a confiar. ¿Por qué? Porque en la Navidad aprendemos que, para lo que el ser humano es imposible, para Dios es posible: las estériles conciben; la Virgen da a luz; a los sencillos, pobres y humildes pastores se les hace partícipes presenciales de la Navidad. En la Navidad se manifiesta todo el amor de Dios; su cercanía, se deseo de estar en medio nuestro, de alegrarnos, de salvarnos. En la primera Navidad se hizo la Luz, y esa Luz es la chispa que enciende una nueva humanidad. Esa Luz alumbra toda esperanza. Puerto Rico, como Abraham, debe creer y confiar siempre en Dios contra toda esperanza. El Misterio de la Navidad es el remedio para miedos. Abracemos ese Misterio”, indicó.

“Hoy es Navidad y cada Navidad siempre nos llama a la valentía cristiana; nos invita a la resiliencia que ya hemos sido capaces de demostrar; nos invita siempre a creer en nuestra gente; nos interpreta a luchar porque un nuevo y una mejor patria siembre es posible y, sobre todo, la vida que nace en Cristo nos llama a valorar, respetar y reconocer la dignidad a toda vida humana, desde su existencia en el vientre materno, durante cada etapa de su vida, pobre o rica, hombre o mujer, de cualquier color, de cualquier estilo de vida. La Navidad es la gran escuela de amor, humildad, sencillez y de respeto para todos y todas. Acojamos a ese Niño que es señal de Dios. Camínenos al pesebre.  Seamos adoradores del Dios vivo.  Virgen de Belén, ruega por nosotros y nosotras”, indicó el Monseñor.