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Muere el exdirigente Carlos Mario Rivera

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Por Redacción Es Noticia

redaccion@esnoticiapr.com

 

PONCE – El exdirigente de los Leones de Ponce, Carlos Mario Rivera Muñoz, murió hoy -miércoles- tras no recuperar un fallo renal, confirmó la familia. Tenía 66 años.

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Carlos Mario, quien cumplió año el pasado 1 de abril, sufrió -en el 2015- una situación cerebrovascular que lo mantuvo alejado de la cancha.

La esposa del exdirigente, Mayra Pérez, realizaba -en horas de la tarde- los arreglos en el hospital para comenzar a planificar las honras fúnebres.

Uno de los cuatro hijos de Carlos Mario se encuentra en el Ejército y aún se desconocía si puede llegar. Otros viven en los Estados Unidos. El exdirigente tenía tres nietos, dos de ellos gemelas.

Carlos Mario estaba en su residencia cuando le ocurrió un fallo renal y fue llevado al hospital donde falleció. Aunque luchaba con un estado de salud, para su familia fue algo inesperado, relataron.

El fenecido exdirigente, quien estudió un grado de maestría, recibió la exaltación a la Galería de Inmortales del Deporte Ponceño, en el 2002.

Fue uno de los dirigentes más exitosos de la Ciudad, en categorías menores, juveniles, universitarias y superior.

Su carrera como dirigente inició en 1980 en Jardines del Caribe, aunque su primera experiencia en el Baloncesto Superior fue años antes cuando comenzó como ayudante estadístico de los Leones de Ponce.

Las categorías menores fueron el motor que le impulso su carrera en el deporte, las cual desarrolló exitosamente junto a Luis Arroyo Rivera y Ronald Amy, así como el abogado Luis “Flecha” Rodríguez.

Condujo a los equipos ponceños a campeonatos de Puerto Rico en los torneos pre-novicios, novicios y juvenil durante la década de 1980.

Carlos Mario fue quien desarrolló los jóvenes que luego brillaron en el Baloncesto Superior Nacional, entre ellos Javier A. “Toñito” Colón, Carlos “Charlie” Lanauze, Julián Rodríguez, Pedro Albizu, Johnny Caraballo y Wilhemus Caanen.

En esa misma década dirigió por dos temporadas a las Leonas de Ponce en el Baloncesto Superior Femenino.

En 1992 llevó a los Pioneros de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico a su primer título de baloncesto de la Liga Atlética Interuniversitaria. Volvió a ganar campeonatos interuniversitarios de forma consecutiva en 1994 y 1995, logros por los que exaltado al Pabellón del Deporte Pionero.

Carlos Mario era un renombrado dirigente en el país. Se había iniciado en labores técnicas en el baloncesto superior en 1985 como asistente en la dirección de los Maratonistas de Coamo. En 1986 fue nombrado en igual capacidad por los Leones de Ponce.

La primera oportunidad como coach en propiedad, se la dio Guayama en 1990. En los primeros dos años logró que los Brujos clasificaran para las series postemporada.

Regresó a Ponce como asistente en 1992 y Los Leones se proclamaron campeones nacionales.

Coamo lo nombró su dirigente en el 1993. En 1994 y 1995 dirigió los Taínos, de Mayagüez. Regresó a la selva de Los Leones en 1996, como asistente del dirigente Julio Toro y al diezmados por las lesiones y por la huida de su semifinal contra Carolina.

En 1998 y 1999 volvió a dirigir a los Brujos y los clasificó para las series en ambas temporadas.

En el 2000 no actuó debido a sus compromisos en la Pontificia Universidad Católica. Al año siguiente, regresó a Coamo donde realizó un gran trabajo con los Maratonistas. En ese torneo terminó dirigiendo a San Germán.

Los Leones lo nombraron su dirigente en propiedad por primera vez en el 2002 y respondió dándole a su pueblo un campeonato nacional, convirtiéndose en el primer ponceño en dirigir a los Leones a un título.

Carlos Mario fue el primer ponceño en dirigir un juego de estrellas y ganarlo en el auditorio Juan “Pachín” Vicéns, en el 1990. En el 2002 volvió a dirigir en el Juego de Estrellas, en Ponce.

En el 2005 logró su segundo campeonato nacional con Arecibo. Luego de su campeonato con Arecibo, ha sido dirigente en Isabela, Humacao, Guaynabo y Bayamón.

En los años 2012 y 2013 dirigió el equipo Huracanes, en la República Dominicana.

Dirigente fogoso sin que esa fogosidad le hiciera perder sus altos valores éticos, morales y cristianos.

Nunca se quitó, es tenaz, virtud que junto a su estudio y comprensión de las técnicas del baloncesto le permitió lograr éxito en el baloncesto en todos los niveles, que sabía inspirar dejando abiertas las vías de comunicación con sus jugadores.