Por Sandra Caquías Cruz
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GUAYANILLA – El ensordecedor ruido de la excavadora retumbaba en la comunidad Guaydía, en este pueblo. Otra vivienda destruida por el terremoto estaba a punto de convertirse en escombros de piedras y varillas.
La propietaria llegó al lugar para ver la demolición de la que fue su vivienda. Utilizó un celular y desde la acera grabó gran parte de la demolición. Prefirió no emitir palabras. Solo expresó que era un momento doloroso para ella.
Era la segunda de tres estructuras en la lista de viviendas para demoler en esa comunidad. El terremoto de enero de 2020 la hizo insegura y los dueños tuvieron que salir y buscar un nuevo techo. Ahora albergan la esperanza de regresar, pero a una nueva vivienda.
La situación no solo la viven familias de Guayanilla. La historia se repite en Yauco y Guánica, otros pueblos afectados con los terremotos del pasado año y en los que todas las semanas se siente un temblor de tierra, aunque de muchos menos magnitud.
Ningún vecino salió a ver la demolición de Guaydía. Al parecer prefieren darle la espalda al dolor de ver el colapso de más casas en ese vecindario.
Muchos ‘Se Vende’
El ruido y el polvorín eran evidencia de la destrucción en una comunidad en la que abundan las casas con letreros de se vende.
“Hay personas que están vendiendo. Muchos de ellos, tras la inseguridad de los temblores optan por vender su residencia, pero otros se quedan y optan por invertir, y son valientes en nuestro pueblo”, dijo el alcalde Raúl Rivera Rodríguez, quien llegó al lugar para presenciar la demolición y hablar con los propietarios.
Explicó que en Guayanilla colapsaron 45 residencias que están lista para la demolición, pero la subasta para esos trabajos fue impugnada y eso detuvo gran parte de los trabajos.
Espera judicial
El tribunal dictaminó a favor del ayuntamiento, pero deben esperar el tiempo reglamentario por si el que radicó la impugnación decidía acudir a otro foro judicial.
Gran parte de los trabajos ya fueron adjudicados en subasta, entre ellos, la empresa encargada obtener los permisos y el lugar donde depositarán los escombros.
Empero, la impugnación que actualmente se ventila es de la empresa que debía demoler, por lo que el municipio comenzó a realizar demoliciones más pequeñas y de menos riesgo, explicó el Alcalde. Las estructuras con asbesto y plomo no las pueden tocar.
Rivera Rodríguez explicó que la primera vivienda que demolieron en esa comunidad fue la de una familia donde hay cuatro no videntes. Una organización sin fines de lucro se comprometió a construirle una nueva vivienda. “Están en casas alquiladas”, indicó sobre los no videntes.
“Los cuatro son no videntes. Ellos siempre vivieron aquí. Y lamentablemente, el 7 de enero tuvieron que trasladarse a otro barrio, con un familiar. Y ahora la demolición está casi culminada”, describió el Alcalde antes de señalar que la reconstrucción de esa vivienda inicia pronto.
“Ahora es que estamos comenzando con las demoliciones y esas casas que están abajo (destruidas), la mayoría de los residentes se han tenido que ir con familiar y han tenido que rentar en otra propiedad”, explicó el Alcalde.
Sin arbitrios de construcción
El alcalde explicó que para facilitar los procesos a estas familias las casas que van a reconstruir no tendrán que pagar arbitrios de construcción al municipio.
“Estas residencias van a ser reconstruidas por una entidad sin fines de lucro, al igual que otras tres residencias en Guayanilla. La que estamos demoliendo la mañana de hoy está en ese grupo de casa que la fundación va a estar reconstruyendo”, aseguró Rivera Rodríguez.
Explicó que fueron alrededor de 800 casas las que están marcadas de rojo u amarillo y que tiene un grupo de empleados visitando el lugar para actualizar cada caso porque algunas familias determinaron arreglar sus viviendas y otras estructuras han empeorado con los continuos temblores.
En la inmensa mayoría de las viviendas no hay residentes. La merma en población en Guayanilla, al igual que en otros pueblos de la región sur, es marcada. Con esa merma también languidece el comercio, reconoció un esperanzado Alcalde.
‘Guayanilla: Tierra de Valientes’, era el mensaje de una pegatina que tenía el auto del ayuntamiento que llegó al lugar de la demolición.