Por CyberNews
La Guardia Costera repatrió a dos dominicanos y devolvió a 39 haitianos a la República Dominicana el miércoles, tras la interdicción de un viaje ilegal -el martes- en las aguas del Pasaje Mona cerca de Rincón.
“Este fue un gran caso y resultado para el guardacostas Richard Dixon y nuestros socios de CBIG, que trabajan a diario para proteger la frontera marítima más al sur de la nación contra las amenazas existentes y salvar vidas de los peligros asociados con los viajes ilegales en el dominio marítimo”, dijo el comandante Beau Powers, jefe de respuesta del Sector San Juan en declaraciones escritas.
“Si está pensando en participar en un viaje ilegal, le pedimos que no se haga a la mar. Estos viajes ponen en riesgo miles de vidas. Si lo atrapan, lo devolverán a su país de origen o podría enfrentar un proceso penal en los tribunales de los Estados Unidos”, manifestó.
Otro ciudadano de la República Dominicana de este grupo permanece en Puerto Rico para enfrentar un enjuiciamiento federal por cargos de intento de reingreso ilegal a los Estados Unidos. La Oficina del Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito de Puerto Rico está a cargo de la acusación en este caso.
La interdicción es el resultado de los esfuerzos continuos de varias agencias locales y federales en apoyo del Grupo Interagencial de la Frontera del Caribe CBIG.
Durante una patrulla de rutina el martes, la tripulación de una Aeronave de Control Marítimo de Aduanas y Protección Fronteriza detectó un viaje ilegal, aproximadamente a 10 millas náuticas al sureste de Rincón.
Después del avistamiento, el patrullero de la Guardia Costera, Richard Dixon, interceptó el bote improvisado de 30 pies.
La tripulación del cúter Richard Dixon embarcó a salvo a todos los pasajeros después de que se observara que sacaban agua para evitar que la embarcación zozobrara.
El cúter Richard Dixon repatrió a 27 hombres y 14 mujeres haitianas de este grupo a un buque de la Armada de República Dominicana el miércoles por la mañana.
Una vez a bordo de un patrullero de la Guardia Costera, todos los migrantes reciben alimentos, agua, refugio y atención médica básica.
Durante la interdicción, los miembros de la tripulación de la Guardia Costera estaban equipados con equipo de protección personal para minimizar la posible exposición a cualquier posible caso de COVID-19.