Por Redacción Es Noticia
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PONCE – En una calesa. Así llegó el artista plástico Luis Ramón González Almodóvar, conocido artísticamente como ‘Tato González’, para la actividad cultural en la que se expone su obra: ‘El Grito de la Ceiba’.
La entrada del carruaje, al parque recreativo La Ceiba, en el barrio Cuatro Calles, en Ponce, fue poco después del mediodía.
El expelotero Desiderio De León, a quien se le dedicó la actividad, también viajaba en la calesa. De León vivió en la casa que colinda con el parque recreativo La Ceiba.
Decenas de personas habían llegado al lugar para la festividad que ocurre en el marco de perpetuar un ícono de la Ciudad: el centenario árbol La Ceiba.
“Este festival cultural es parte de un proyecto creativo para salvaguardar uno de los símbolos más importantes de nuestro pueblo de Ponce, y preservar su forma mediante el grabado de su textura a través del arte”, dijo González Almodóvar.
En la festividad, denominada ‘El Grito de la Ceiba de Ponce’, participaron artesanos. Además, también expusieron obras con la corteza del árbol.
La exhibición documenta el proceso de intervención del árbol y producción de la obra ‘El Sudario de la Ceiba’, cuyo soporte es un lienzo de 40’ x 40’ que sirve de registro sobre las condiciones y estado en que se encuentra el árbol.
Estiman que el árbol La Ceiba, ubicado en el barrio Cuatro Calles, tiene unos 800 años. Su muerte fue lenta. Poco a poco caían sus ramas. La principal causa de su muerte la atribuyen a la canalización del Río Portugués, proyecto que hicieron en la década de 1970.
Según ‘Tato’ González, el ‘Sudario de la Ceiba’ es la obra «más grande del mundo» en la técnica del frotado.
“Al tener conocimiento de que la ceiba estaba declarada muerta, me dio gran sentimiento. Tuve una serie de semana pensando ¿qué hacer con el árbol? Soy un artista de 45 años de carrera y he hecho bastantes obras inspiradas en la ceiba”, expresó González frente a la imponente pieza del sudario de unos 40 pies de ancho por 40 pies de largo.
Para crear esta imponente obra, el artista utilizó un enorme lienzo y por semanas, a finales del pasado año, cubrió el árbol y comenzó a frotarlo para ir plasmando en la tela la textura del árbol.
‘Tato González’ enfatizó en que con su obra buscó darle “una última caricia a un árbol que ya pronto desaparece; y que lo voy a dejar grabado en ese gran lienzo para la posteridad”.