YAUCO – Cualquier persona puede sentir temor a la hora de emprender un negocio, pero para Darilyn Arroyo Santana la presión era aún mayor. La joven de 25 años había invertido sus ahorros en un negocio de venta de trajes de baño y no había tenido éxito.
“Me quedaban $400, eso era todo lo que tenía en el banco. Necesitaba invertir ese dinero en algo realmente productivo y que me ayudara a generar un ingreso adicional”, expresó la ponceña.
Luego de que Darilyn y su esposo José Manuel Gutiérrez Rivera enfrentaran una merma en sus ingresos económicos, se mudaron al pueblo de Yauco, a una residencia de la familia, con el fin de hacer recortes y poder cubrir sus gastos mensuales.
“Yo estudié facturación de planes médicos y sonografía clínica. Tenía mi trabajo, pero durante la pandemia quedé prácticamente fuera y comenzó en mí la inquietud de hacer algo para ganar dinero. Yo tengo que realizarme una cirugía y parte de lo que gano es precisamente para eso”, dijo Darilyn.
En medio de su búsqueda, la abuela de su esposo, una ex maestra de economía doméstica se ofreció a enseñarle a preparar galletas y algunos postres para que los pudiera vender.
“Ella me regaló mi primera batidora. Poco a poco fui aprendiendo a hacer distintas cosas y luego me fui a estudiar para aprender más. Ahí nacieron mis galletas; son unas galletas rellenas, gigantes, tostadas por fuera y súper blandas por dentro”, explicó la joven madre.
Darilyn comenzó a repartir sus galletas entre la familia para que las probaran y todos la motivaron a venderlas.
“Mi esposo me decía que a la gente le iban a encantar. Subí mi promoción en las redes sociales y empezaron a hacerme órdenes”, relató la dueña de La Cookie, y explicó que su primera orden fue de 60 galletas y en ese momento tenía un pequeño horno en el que cabían solo 2 galletas por tirada.
“Estuve toda la noche despierta, pero lo logré”, recordó.
La joven reconoce que ha sido un proceso fuerte y de mucho sacrificio. Durante el día tiene un trabajo a tiempo completo, en las tardes trabaja con sus galletas, cuida a su bebé de 11 meses, es madre lactante y atiende las cosas en la casa.
“Mi esposo ha sido clave en todo este proceso. Me ha ayudado y me ha apoyado en todo. Mi familia es mi mayor motor. Cuando yo miro a mi bebé lo único que pienso es que quiero darle oportunidades, quiero que tenga un buen futuro. Por más cansada que esté sigo pa’ lante ”, indicó la madre de Álvaro André.
La pequeña empresaria expresó mucha satisfacción por los logros que ha tenido La Cookie e hizo alarde de sus galletas y las describió como las mejores.
“Personas de diferentes partes de la Isla vienen a Ponce o a Yauco en busca de mis galletas. Las personas, cuando las prueban, quedan encantadas y siempre vuelven a ordenar. Yo pongo pasión y mucho amor en mi producto y busco siempre ingredientes frescos y de buena calidad. Esa es la diferencia.”, dijo Darilyn.
Entre los sabores y rellenos de sus galletas se encuentran las nueces, el dulce de leche, Hersheys, maple pecan, ferrero, Nutella, coco, red velvet cheesecake y christmas funfetti, entre otros.
La joven prepara órdenes para regalos y hacen múltiples envíos de galletas a Estados Unidos. La Cookie se ha convertido en un negocio próspero y a solo meses de su apertura, ya Darilyn pudo adquirir su primera batidora y horno industrial.