Por Sandra Caquías Cruz
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COAMO – La media maratón San Blas visibilizó a Puerto Rico a nivel mundial en lo relacionado a eventos de fondismo. Son muchos los llamados corredores elites que incluyen en su agenda llegar a Coamo a correr este evento a una distancia de 21 kilómetros, resaltó José Orlando Rojas Reyes, quien escribe un libro sobre la historia del famoso Media Maratón San Blas.
¨Puerto Rico era casi invisible en el deporte mundial, pero el medio maratón San Blas lo hizo visible… La Fraternidad Delta Phi Delta, el Medio Maratón San Blass y los coameños escribieron y ejecutaron un libreto para dar lecciones de convivencia y hospitalidad al mundo¨, resaltó Rojas Reyes.
Aunque la participación no es la misma que décadas atrás, esto tras la evolución de las carreras y otros costos que requiere traer determinada cantidad de corredores, las expectativas de buenas marcas y de la llegada de fondista de renombre siempre está en los seguidores del evento.
Rojas Reyes también coincidió en que uno de los principales retos para los organizadores del evento, la Fraternidad Delta Phi Delta, ha sido mantener y conseguir auspiciadores cuya aportación permita cubrir los gastos de un evento de la envergadura mundial como lo es el San Blas.
Una de las situaciones es la falta de un respaldo gubernamental. Los sobre $100,000 que una vez le asignó el Gobierno a través del Departamento de Recreación y deportes se los eliminaron. Alimentar sobre 300 policías en cada turno de trabajo es un gasto de miles de dólares y necesitan varios auspiciadores para poder cubrir. Al igual que los alimentos para otros que laboran en el evento.
No obstante, uno de los atractivos para atraer corredores de calidad mundial son los premios en metálicos tanto para las primeras posiciones como para los que superen las marcas establecidas. Tanto en la rama masculina como femenina.
¨Antes los atletas no cobraban por participar¨, destacó Rojas Reyes, quien resaltó la aportación de Osvaldo Rivera Cianchini en este evento.