Por Ana Delma Ramírez
Columna
Sobre saturadas las redes con opiniones y análisis positivos y negativos, unas personas con base y lógica, mientras otros con sentimiento y pasión crean un mar de controversia.
Los boricuas sienten y viven orgullosos de su historia deportiva. Una que se distingue por presencia en casi todas las disciplinas y que aporta al desarrollo patriótico y de pertenencia de Puerto Rico.
Sin embargo, es cada vez más notable la metamorfosis que ha sufrido el deporte. Podemos concluir que la medalla por la que luchan los atletas en eventos internacionales y mundialistas es un simbolismo ya que lo que impera es el dinero. Y me explico.
La recién y creada controversia a la que nos referiremos es suscitada por los resultados y la presencia de Puerto Rico en el recién concluido Campeonato Mundial de Atletismo.
Puerto Rico asistió con 10 atletas, cifra sin precedentes en un Mundial. Divididos en partes iguales de cinco atletas desarrollados y entrenados en la isla y otros cinco que representan al país por la vía de la decendencia.
Algunas personas los denominan “nacidos aquí y los que vienen de allá” tal como se expresaron en las redes sociales. Fueron más lejos al indicar que “los de allá son los que sacan la cara por el país, que los desarrollados en suelo boricua no dan el grado en ese nivel de competencia”.
Analizando el resultado de las competiciones se llega a la siguiente conclusión:
Los 10 atletas alcanzaron el “ranking” establecido por la World Athletics (antes IAAF) en igualdad de condiciones para estar presentes en el evento.
Los cinco atletas del patio se quedaron en las primeras etapas y cuatro de los representantes por decendencia también.
Sin embargo, una gran mayoría de aficionados puertorriqueños despotricó en las redes y en medios de comunicación contra los desarrollados en Puerto Rico y por entrenadores boricuas e ignoraron y
hasta excusaron a los “de allá”.
Un notable caso de los semifondistas (800metros), el carolinense Ryan Sánchez, así como John Rivera, en las redes masacraron a Sánchez y de Rivera nadie comentó.
De hecho, la mamá de Ryan salió en defensa de su hijo, explícitamente documentando todo el esfuerzo y dedicación del atleta y lamentando la falta de empatía con los atletas del patio.
Hubo personas que también reconocieron el esfuerzo de Ryan, un atleta que de muy joven se impuso aquí en Ponce, en la Milla Churumba (una carrera de atletismo en honor al fenecido alcalde ponceño) al ganar esta prueba.
Esta situación controvertible no es ajena a otros atletas del patio, con todo lo que Javier Culson ha dado a Puerto Rico, sus logros y sus honrosas medallas, también ha sido objeto de severas críticas, especialmente por su falsa salida en la Olimpiada de Río 2016.
Algunas personas aún concluyen morbosamente que Culson dio su falsa salida porque no tenía esperanza de subir al podio en esa carrera. Recuerden que Usain Bolt también ha dado falsa salida.
En este Mundial se suscitó una situación aparentemente sin precedentes.
El decatlonista Ayden Owens-Delerme, por quién el pueblo apostaba para una “segura” medalla, abandonó la competición cuando descendió de un cuarto al sexto lugar del decatlón, ya sin posibilidad de subir al podio.
Otros atletas de esa especialidad aparentemente, en esa misma competencia, hicieron lo mismo, lo que era un acto insignificante para efectos de Puerto Rico.
Entrevisté a varios exentrenadores, asiduos deportistas y exatletas en busca de conocer si en otras competencias hubo atletas representando a Puerto Rico que se retiraran de un importante evento porque perdieron la posibilidad de ganar medalla.
En el caso de Owens, no fue por lesión que se retiró, supuestamente fue para evitar que se lesionara en los dos eventos que le faltaban.
Owens, un atleta que domina la prueba de los 1,500 metros y supera lanzamiento de jabalina, había llegado en cuarto lugar en el pasado Campeonato Mundial de Eugene Oregón, Estados Unidos.
Obviamente esa determinación contaría con la anuencia de su entrenador, que nadie sabe si estaba presente en Budapest.
El Presidente de la Federación de Atletismo, desde Budapest, le confirmó a medios en Puerto Rico, el retiro de Owens, sin más explicación.
Pero, Owens recién había contratado un agente. ¿Qué le pudo haber recomendado el agente recién contratado?
Luego de que se dirimiera el asunto del retiro del atleta públicamente, federativos en Puerto Rico cambiaron la versión original “retiro porque ya no hay posibilidad de medalla” a que “sufría una molestia o inicio de una lesión”.
Owens recibió un considerable apoyo público por su retiro y otro número igual que lo rechazó.
“No es agradable que un atleta se retire de un evento sin excusa válida”, dijo el exentrenador Fredy Vargas.
“Debió seguir, hay mucho dinero envuelto y no sólo para las tres primeras posiciones”, indicó Mario Pérez en las redes sociales.
“Pensó en él y no en Puerto Rico”, expresó el profesor Jaime “Key” Vélez.
Otras reacciones fueron de “decepcionante”, de no prestar importancia a “su personal best”, “fallarle al pueblo”, hasta “salir a realizar el trabajo para lo que fue”. El probado deportista ponceño Felipe Ralat reprochó la decisión de Owens por entender que éste debió completar su evento.
Por regla general, el aficionado puertorriqueño imparte presión desmedida a los atletas a quienes les exigen medallas de oro, pues es cuando entonan el himno, abrazan la bandera y experimentan su embriaguez olímpica.
El deporte de atletismo es uno de los más escudriñados por la fanaticada. Los de equipos pueden tener un desastroso resultado y los excusan.