Por Ana Delma Ramírez
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PONCE – El pase olímpico del baloncesto masculino de Puerto Rico, París 2024, luego de 20 años de ausencia en ese escenario, ha significado una metamorfosis, convirtiéndose en un frenesí.
Y es que, de cierto modo, opacó la clasificación temprana y por segunda olimpiada consecutiva del seleccionado femenino.
Las chicas poncharon su boleto a París 2024 en febrero. Integraron el baloncesto femenino de Tokyo 2020 y, aunque era una grata noticia, no despertó la ola de documentación que levantó el triunfo en repechaje olímpico de los varones.
“No van solas”, fue una de tantas expresiones en los medios de comunicación. El mundo digital creó un tapiz de periodismo moderno parcializado, con exclusividad hacia la gesta de los varones, quienes por casi 35 años conservan el mote de “los 12 magníficos”.
Se ignora que fueron las mujeres y en Ponce, en 1905, las que protagonizaron el primer juego formal de baloncesto, según reseñó la publicación ‘The Puerto Rico Eagle’ el sábado 13 de mayo, en su página 8.
Paola García, presidenta de la Liga Puertorriqueña de baloncesto y dirigente de las Brujas de Guayama, aseguró que “el deporte femenino está creciendo, pero falta camino por recorrer; ellas cobran menos que los varones. La Liga comenzó con 12 equipos, hoy hay 20. Existe rezago de auspicios, de transmisiones de televisión”, mencionó.
García es pionera en dirigir un equipo de baloncesto masculino, para la Universidad Interamericana, Recinto Metro. Ella afirma que el baloncesto femenino no está estancado. Considera que el masculino, que se ha convertido en un negocio, crea categorías “para ganar, no (para) desarrollar”.
“Las niñas necesitan más oportunidades, al final somos el mismo deporte. Hay que cambiar la narrativa en los medios de comunicación donde persiste el machismo”, dijo.
El historiador de la Ciudad de Ponce, Benjamín Lúgaro, recordó que los varones comenzaron a jugar 10 años después que las mujeres ya que estaban enfocados en el béisbol.
La Ponce High, Central High y la Normal (UPR) Río Piedras, tuvieron equipos de baloncesto de mujeres desde principios de la década de 1900.
En 1913 abrió la primera cancha bajo techo del país, en Ponce, en el Campo Atlético Escolar, hoy conocido como Charles H. Terry. Mientras, en el 1914 los equipos de varones comenzaron a jugar, así como los ya existentes de mujeres.
1926: Las escuelas Segundo Ruiz Belvis, Federico Degetau y la escuela Ramiro Colón contaban con equipos de mujeres en béisbol y baloncesto.
Carlos Narváez Rosario, editor de deportes de varios medios, analizó esta la clasificación olímpica del baloncesto masculino y habló de la caída del talento nativo.
¿Qué estamos haciendo por el desarrollo del talento de la isla? “El 90% de los jugadores del equipo masculino de baloncesto que va a París 2024, son descendientes (hijos de boricuas). El tema es tendencia, controversia y de “dimes y diretes”, señaló.
Narváez dijo que el sistema deportivo no “brinda las herramientas para el desarrollo, sin dirección, ni supervisión, ni fondos para los programas deportivos del país”.
¿Hay oportunidad para atletas nativos que puedan integrar delegaciones deportivas, apostarán sólo al desarrollo deportivo de Estados Unidos? ¿Habrá balance en las delegaciones con atletas locales y los boricuas de EU?, ¿Hay o no desarrollo, está estancado en baloncesto especialmente el masculino?
El ex jugador de baloncesto y exsenador Larry Seilhamer quien fue secretario de Estado del país, rechazó que el baloncesto esté estancado.
“No está estancado, hubo una reducción en el desarrollo del talento nativo. Desde que el BSN no está obligado a desarrollar talento en varios niveles, con miras a jugar en el nivel superior. Hay que regresar a esa fórmula. El baloncesto desarrolla buenos ciudadanos. Enseña a convivir en grupos, elevar el orgullo y fortaleza para sobreponerse, esfuerzo para tener éxito”, respondió.
Seilhamer apoya a descendientes de puertorriqueños a representar al país y a que se obligue a integrar un “mix”.
Si vuelven a regresar a la exigencia de desarrollar los talentos nativos no habría necesidad de apelar a otros jugadores, dijo el exsenador.
Miguel Martínez, profesor de historia y voluntario del baloncesto, dijo que la “falla con ausencia de desarrollo es responsabilidad del COPUR, las federaciones, el Departamento de Educación, no hay estructuras no hay proyecto deportivo definido”.
El también cocreador de LIDESPO enfatizó en las presiones de la prensa, padres sobre los niños, para que jueguen baloncesto y lleguen a la NBA.
Hay cientos de jóvenes con talento, hábiles en baloncesto que se benefician de su formación como individuos respetuosos, educados que pudieran optar por ser jugadores profesionales, señaló el también dirigente y entrenador.
“Si hay desbalance entre los jugadores nativos y los de la diáspora, pero ellos tienen todo el derecho a representar a Puerto Rico, cumplen con las reglas de la FIBA, la responsabilidad de esa situación es la estructura política del país, el no ofrecimiento de quienes tienen la responsabilidad de proveer todo lo necesario para el desarrollo”, dijo.