Por Sandra Caquías Cruz
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PONCE – La Policía continúa sin conocer quién es el hombre hallado el pasado viernes en avanzado estado de descomposición en el barrio Peñuelas, de Santa Isabel.
La guagua Cherokee 1996 hallada completamente quemada y cerca del lugar donde encontraron el cadáver, es propiedad de un hombre de 76 años reportado desaparecido la pasada semana y cuyo paradero se desconoce, confirmó el capitán Alberto Fuentes Rivera, del Cuerpo de Investigaciones Criminales, Comandancia de Área de Ponce.
El hombre reportado desaparecido fue identificado como Marcos Rivera Bonilla, de 76 años y con residencia en el barrio Río Cañas, en Juana Díaz. La desaparición la reportó el hijo mayor, quien lleva el mismo nombre.
La guagua Cherokee fue hallada el jueves pasado cerca de la entrada al vertedero de Santa Isabel. La guagua se quemó por completo. La Policía no pudo levantar evidencia sobre algún signo de violencia como impactos de bala, explicó el capitán Fuentes Rivera.
Marcos Rivera Peña, el mayor de los cinco hijos del hombre desaparecido, explicó que la vecina y hermana de don Marcos llevaba días que no veía la guagua y le extraño por lo que se pusieron en contacto.
Rivera Peña recorrió diversas comunidades cercanas para intentar ver la guagua, pero no la encontró. No obstante, recibió una llamada de la Policía en la que informaron que pasará por el Cuartel porque habían encontrado la guagua quemada. Eso ocurrió el pasado jueves.
La Policía continúo rastreando cerca de donde fue hallada la guagua y al día siguiente -viernes- se topó con el cuerpo de un hombre en avanzado estado de descomposición.
El cuerpo está sin reconocer en el Instituto de Ciencias Forenses (ICF), quienes el pasado domingo le pidió a Rivera Peña, residente en Ponce, que llegara a esas oficinas porque iban a tratar de identificar el cadáver por el ADN.
Rivera Peña no ha recibido confirmación ni le han rechazado que se trate de su padre, un hombre que se dedicó a la mecánica y que se retiró del Departamento de Agricultura. Indicó que no quiso ir a la escena donde encontraron el cadáver para evitar ver el lugar. Tampoco se lo mostraron en el ICF. Indicó que prefiere esperar por los resultados de la prueba de ADN.
Aseguró que su padre no tenía problemas con otras personas y que estaba retirado y se la pasaba tranquilo en su vivienda en Río Cañas, donde lo vieron por última vez el pasado domingo 1 de diciembre.
«Tenemos la esperanza de que no sea él«, dijo el hijo mayor.