Por Sandra Caquías Cruz
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Nota: Segunda de varias notas sobre oficios en extinción.
YAUCO – Temprano en la mañana, don Santiago Madera Vázquez, un hombre de 72 años, empuja un carrito de ruedas hasta una esquina, a pocos pasos de la Plaza del Mercado de este pueblo, donde ancla sus materiales de trabajos y comienza la faena de limpiabotas.
‘El Flaco’ o ‘Maderita’, como lo apodan, coloca su banco de trabajo con un cojín azul y abre una silla de metal para sus clientes. Entre ambos, ancla la caja de madera, manchada de betún negro, sobre la que sus clientes descansarán sus zapatos.
En esa pintoresca escena ofrece su servicio: sacarle lustre a los zapatos y botas. Con un cepillo impregnado de betún inicia la faena de remover el polvo a los zapatos, en ocasiones botas, que ponen sobre su caja de madera.
Mientras establece un tema de conversación, va sacando brillo a cada zapato. Betún, cepillo y paño son sus potentes armas para ganarse el sustento. “Cobro $2 por cada par (de zapatos), pero me dejan buena propina”, comentó antes de soltar una sonrisa.
“Con esto (dinero que le pagan) compro cosas, pago luz y agua”, dijo.
Maderita, el mayor de seis hermanos, lleva 58 años en ese oficio. Nació en la comunidad El Cerro, en Yauco, pero vive en El Cafetal, distinguió. Entre sus clientes hay exalcaldes, abogados, policías, ejecutivos de bancos y otras personas, en su mayoría hombres, que deciden confiarle los zapatos. Algunos llegan de pueblos vecinos y otros son residentes en Yauco. Eso si, poco a poco han ido menguando.
“Aquí no vienen jóvenes, lo que vienen son mayores (adultos mayores) a brillar. Casi no vienen jóvenes porque usan tenis na’ más”, dijo el hombre que acostumbra a hablar con palabras a medio terminar.
Los limpiabotas están a punto de desaparecer. En uno que otro municipio del sur, entre ellos Ponce, aun quedan limpiabotas, obreros que en un pasado fueron parte del paisaje urbano. Y es que se trata de un trabajo que siempre se le asoció a la pobreza y marginalidad.
Maderita opinó que uno de los factores por los que cree están desapareciendo los limpiabotas es la proliferación del calzado deportivo (tenis) o material plástico que no necesita mayor cuidado que un paño o cepillo y alguna sustancia jabonosa. Las sandalias y zapatos de tirillas en las mujeres han mermado el requerimiento de limpiabotas.
Los limpiabotas proliferaron en un pasado porque eran las personas que hacían relucir los zapatos en piel con sus cuidados especiales, pero ya apenas se consiguen zapatos en piel o existen materiales comerciales que ayudan a las personas a mantener sus zapatos limpios sin mayor esfuerzo y sin tener que contratar ese servicio, explicó.
“Cuando yo me retire desaparecerán (los limpiabotas en Yauco) porque el único que queda soy yo”, respondió el hombre que comienza sus labores a las 6:30 am.
Y mientras Es Noticia entrevistaba a ‘El Flaco’, quien se ha convertido en una persona del pueblo, no faltó el amigo que se acercó a destacar que ‘Maderita’ tiene un mural en la pared externa de una cooperativa en Yauco. ‘El Flaco’ levantó su mirada y soltó una sonrisa que evidenció su orgullo por el cariño que le tiene el pueblo.