Por Redacción Es Noticia
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En una decisión que anularía la norma de los tribunales estatales en Puerto Rico de permitir que las decisiones de los jurados sean por mayoría, el Tribunal Supremo de Estados Unidos determinó que los veredictos de jurados en juicios estatales tienen que ser unánimes.
La decisión está contenida en el caso Ramos v. Louisiana, pleito que desafió la condena de un acusado en ese estado, basado en un veredicto no unánime, según informó el periódico El Vocero,
Un abogado consultado por este medio y que no quiso que se revelara su nombre, indicó que la decisión del más alto foro judicial estadounidense le aplica favorablemente a Pablo Casellas, convicto por el asesinato de su esposa Carmen Paredes, ya que levantó este issue y su caso está en apelación. El veredicto del jurado del caso de Casellas fue 11-1.
El letrado expuso que la determinación de la Corte Suprema estadounidense le da a Casellas y a otros el derecho a un nuevo juicio.
Asimismo, señaló que cuando el Supremo federal extiende una regla constitucional criminal nueva, se aplica de forma prospectiva.
“A Casellas le aplica al su caso estar vigente en apelación. El Supremo federal puede más adelante extender la regla a casos ya finales”, señaló.
“Son derechos constitucionales que Casellas tiene, de juicio por jurado y veredicto de unanimidad. De fianza. Igual que todo ciudadano se le tienen que garantizar. Si el estado cuenta con la prueba que en el momento de nuevo juicio la presente ante el tribunal, veamos que decide un jurado unánime”, expresó el abogado.
En enero pasado Francisco Rebollo, uno de los abogados de Casellas, radicó en el Tribunal Federal una petición de “habeas corpus” por su sentencia estatal, al alegar que se le violó su derecho constitucional a un juicio imparcial y al no permitírsele que finalizara una vista para dilucidar si un miembro del jurado contaminó a ese panel que juzgó los hechos del caso.
Rebollo planteaba que a Casellas se le negaron su derecho a un juicio justo contenido en la Sexta Enmienda, de tener un jurado imparcial y a confrontar a todos los jurados cuando un miembro del panel comunicó a otros información extrínseca relacionada con el caso y que “fue devastadora” para la credibilidad del único testigo de la defensa.