Por Redacción Es Noticia
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Puerto Rico no será el mismo país luego del coronavirus, ya que la transformación de su economía es inminente frente a los cambios en el comportamiento del consumidor para evitar el contagio del virus, la constante migración a Estados Unidos y una población de ciudadanos de la tercera edad que sigue en aumento, según reveló el más reciente estudio de la firma Estudios Técnicos.
La economía del futuro será más reducida y enfocada en la tecnología, así como en los nuevos patrones de conducta y estilos de vida que hay que observar para adaptar los negocios y lograr salir de manera gradual de la crisis que enfrenta la Isla desde 2006.
“Estamos en un ambiente de incertidumbre y los retos son muy grandes. Puerto Rico es una economía sobredimensionada y tendrá que reajustarse a una realidad redimensionada. La población y la economía será más pequeña, pero hay países con menos población que han logrado recuperarse como Irlanda —que hizo un plan de 10 años que se cumple—, además de otros países como Noruega, Irlanda, Costa Rica y Singapur. Que seamos más pequeños no quiere decir que seamos pobres, lo que hay que hacer es manejar la economía de una manera distinta para ser exitosos. Hay que cambiar el enfoque”, declaró el economista José Joaquín Villamil sobre algunos de los datos del estudio sobre Impacto Económico del Covid-19.
Desigualdad social
Al momento de buscar competir económicamente con otros destinos, uno de los factores que se resalta es la importancia del capital humano de calidad que existe en la Isla. Sin embargo, es un sector que el gobierno no se ha encargado de fortalecer.
“El factor determinante en las cifras de las personas desempleadas es un bajo nivel educativo y mientras no se mejore esta área, no se puede tratar el tema de la desigualdad social. Hay que fortalecer el sistema académico si se quiere mejorar ese activo que tenemos —que es el capital humano— y buscar alternativas de apoyo como cuidos para las mujeres solteras con hijos, para que puedan trabajar. Se va a tener que asumir un rol más importante en la política económica social que va a requerir más convergencia de los sectores impactados, con diferencias en la remuneración y condiciones de trabajo. La desigualdad impacta las posibilidades de progreso económico y la estabilidad social”, recalcó.
Según el estudio, que indica que la economía de la Isla requerirá al menos tres años para volver a las condiciones anteriores al Covid-19, existe abundante evidencia de que el progreso económico del futuro y la estabilidad social se verán seriamente reducidos si no se aborda la desigualdad. También se proyecta que habrá una emigración continua una vez las condiciones sanitarias permitan el movimiento geográfico.
“La diáspora puertorriqueña y los residentes de la Isla tendrán que unirse de una manera más proactiva y holística. Habrá un cambio marcado en el énfasis de la productividad y la eficiencia a la resiliencia, prevención de riesgos, gestión y estabilidad. El riesgo, tanto de eventos naturales como de tendencias tecnológicas y geopolíticas, tendrá que ser un tema permanente para la toma de decisiones de los gobiernos y las empresas”, aseguró el economista.
Más ciudadanos de la tercera edad
La nueva estructura demográfica de la Isla requerirá ajustes importantes de acuerdo con una población mayor, más pobre y, por ende, más dependiente del gobierno.
“El envejecimiento de la población afecta a todos los mercados: financieros, laborales, educativos, de salud, vivienda y la naturaleza de los servicios sociales. Estos necesitarán más asesoría financiera para el manejo de sus fondos, servicios médicos, transportación y educación para refrescar el conocimiento, porque ahora están más tiempo en el mercado laboral”, afirmó.
Otro factor que hay que atemperar a la nueva realidad es que muchos de los programas sociales se diseñaron para una población con muchas personas trabajando y poca gente recibiendo pensiones, contrario a lo que se experimenta en la actualidad. Igualmente, hay que cambiar cómo se organizan las ventas al detal, ya que la tendencia tecnológica del sector minorista es una realidad inmediata que asume un papel importante en el consumo, por lo que Puerto Rico debe prepararse para competir a nivel tecnológico.
“La tecnología toma un papel muy importante y vemos ahora los servicios a domicilio que vuelven del pasado, como cuando los colmados hacían las entregas. Hay un cambio en la oferta y demanda. Para avanzar y competir también hay una gran necesidad en el mantenimiento del sistema de energía eléctrica y mejoras al sistema vial. Tendremos muchos desempleados permanentes si no se toman medidas importantes para hacerle frente a la situación”, concluyó Villamil.