Por Redacción Es Noticia
Los esfuerzos por asegurar el bienestar de las tortugas marinas en Puerto Rico sobresalen, ya que es uno de los únicos lugares en el planeta donde se estudia la prevalencia de la enfermedad viral de fibropapillomatosis (FP) en tortugas marinas.
Es en el Programa de Especies Protegidas (Proyecto de Tortugas Marinas) del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) que, durante 19 años, se lleva a cabo las investigaciones.
La enfermedad es caracterizada por tumores o verrugas y, mayormente, se encuentran en peje-blancos. Aunque es contagiosa entre tortugas, no lo es para los humanos u otros organismos.
Además, se ha revelado que el virus no es una amenaza directa para la tortuga ni la especie.
La mortalidad a causa de FP es variable. Para provocar el deceso de la tortuga, tendría que ser un caso extremadamente severo de FP que obstaculice la visión e inhiba a la tortuga de encontrar alimentos o huir de depredadores. Por lo contrario, los tumores pueden disminuir naturalmente.
Entre los hallazgos de los estudios en la isla, se ha revelado que:
- La incidencia de la enfermedad permanece baja, pero con algunos periodos altos o brotes cada cierto tiempo (parecido a otros virus)
- La gran mayoría de las tortugas juveniles (≤30 cm de largo) no presentan tumores, mientras que tortugas sub-adultas (>30 cm) podrían presentar tumores
- El virus FP no afecta las tasas de crecimiento en la mayoría de las tortugas que lo poseen
- Algunas tortugas tienen la capacidad de recuperarse.
Las poblaciones de peje-blanco han aumentado más de 70% a nivel mundial. Las áreas de alimentación de peje-blanco con algún grado de contaminación del virus FP es donde existe la mayor incidencia.
Todas las especies de tortugas marinas están protegidas por leyes estatales y federales.
“A pesar de que no existe una cura para esta enfermedad, en algunos países, incluyendo Puerto Rico, se rescatan algunos individuos que se encuentran en estado crítico (no pueden nadar o ver) para intentar removerle los tumores, pero no siempre es exitoso, pues estos también crecen internamente o vuelven aparecer externamente”, explicó e coordinador y líder del proyecto Carlos Diez,
Para proteger las tortugas marinas, se recomienda invertir esfuerzos en la conservación del hábitat, como en el manejo de cuencas y en el desarrollo costero sustentable para evitar la degradación de estos hábitats y prevenir la incidencia de esta enfermedad.
Para más información o reportar casos, puede llamar al DRNA al (787)724-5700 o escribir al correo electrónico cdiez@drna.pr.gov.