Por Redacción Es Noticia
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El líder de la congregación Mita, Teófilo Vargas Seín, conocido como Aarón, murió hoy a los 99 años.
«Señores sí, mi padre Aarón (Teófilo Vargas Seín) líder mundial de la Congregación Mita falleció. No hay nada más que decir ni más tiempo para seguir ocultando la verdad. Solo orar por su alma», expresó Samuel Beníquez.
«A todos los feligreses y ex-feligreses hago un llamado a la unión, el amor, el perdón, respeto y solidaridad. Perdonémonos los unos a los otros para que seamos perdonados. Amemos para que seamos amados. Unidos somos más fuertes», escribió.
Vargas Seín asumió el poder de la Congregación tras la muerte de Juanita García Peraza, conocida como Mita, a principios de la década de 1970. La Congregación tiene presencia en la República Dominicana y otros países.
Fue uno de los gestores de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Hermanos Unidos, la Corporación Los Hermanos, la Finca de Bayamón (dedicada a diversos proyectos agrícolas) y el Centro de Salud Médico Duarte “Dr. Luis D. Silva Monge”.
En la comunidad, fomentó el trabajo comunitario y colaboró en el establecimiento del Primer “Community Housing Development Organization” (CHDO) de San Juan, a través de la Corporación Desarrolladora de Viviendas de Israel y Bitumul, Inc., y en el Desarrollo del Proyecto de Viviendas de interés social Villas El Paraíso.
“Aarón, quien por 80 años dedicó su vida a nuestra iglesia, nos deja un legado de amor, de compromiso, de entrega y servicio a Dios, a su comunidad y al país”, expresó la vicepresidenta de la Congregación Mita, Inc., Rosinín Rodríguez Pérez.
Uno de los primeros en reaccionar fue el representante Luis Raúl Torres Cruz, obrero (pastor) de la Congregación.
«Hoy ha emprendido su vuelo hacia el Núcleo Divino el alma noble y resplandeciente de nuestro muy Amado Aarón, líder y Padre espiritual de la Congregación Mita, cuyo nombre de pila es Teófilo Vargas Seín. Para nosotros, los Mitas, Aarón fue el instrumento que Dios utilizó para darnos claridad de conciencia y encaminarnos hacia el cumplimiento de nuestro propósito de vida aquí en la tierra. Desde que tengo memoria, le recuerdo como un trabajador incansable, un varón de paz que entregó su vida para el servicio de Dios y a los principios cristianos desde que tenía 15 años.
«A sus 99 años, parte de nuestro lado envuelto en luz pues lleva con Él sus buenas obras. Trasciende al plano celestial después de eternizarse en nuestros corazones porque todo lo que recibimos de Él fue para salud, crecimiento y elevación de nuestras vidas en el plano espiritual, físico, mental y emocional. Nosotros, los feligreses de la Congregación Mita, y tantos que, aunque no profesan nuestra fe, le conocieron, estamos agradecidos de Dios por habernos permitido conocerle y compartir con él en tantas instancias».
«Aarón fue un servidor por excelencia, lo mismo ayudaba en la construcción de edificaciones o sembraba y cultivaba en la tierra o corría presuroso a visitar enfermos a todos los hospitales de Puerto Rico o los hogares donde hubiese necesidad de apoyo y aliento. Fueron muchas las veces que constituyó refugios para los necesitados, fueran o no de nuestra fe, en tiempos de tempestad o desastres naturales y allí les dio alimento, alojamiento y servicios médicos sin esperar nada a cambio. Muchas veces caminó hasta sumergirse en las aguas desbordadas del caño Juan Méndez para rescatar a tantas familias que se encontraban atrapadas por las aguas en inundaciones, cuando ni siquiera el gobierno se hacía presente para ayudar».
«Muchos de nosotros, que veníamos de sectores de privación económica recibimos de sus manos vivienda, alimento, vestido, calzado, orientación para que continuáramos nuestros estudios y estímulo cuando las dificultades parecían superarnos.
«Cuántos recibieron de sus manos y de su voz, sanidad para su mente y para su cuerpo por el poder de Dios, muchos fueron rescatados de los vicios, de la violencia… cuántos hogares lograron mantenerse unidos por su palabra conciliadora y de paz… Continuamente nos decía que lo que no se logra con amor, no se logra con nada; siempre optimista y positivo, nos decía: “No es fácil pero se puede”.
«Varón humilde y sencillo que nunca acumuló riquezas para sí, pues su corazón estaba puesto en Dios y su tesoro estaba siempre en el Reino de los Cielos. Su ministerio evangelizador llevó la Obra de Mita, única Iglesia autóctona de Puerto Rico, a esferas internacionales pues bajo su liderazgo el mensaje de nuestra Iglesia traspasó los mares para llegar a República Dominicana, Colombia, Venezuela, Ecuador, Panamá, Costa Rica, El Salvador, México, Canadá, España y varios estados de Estados Unidos de Norteamérica, entre otros».
Todo el pueblo de Mita reconoce y honra su vida, una vida de entrega total para el servicio de Dios. Los seres iluminados trascienden los tiempos a través del servicio a sus semejantes, a través del amor. Sus obras son, precisamente, el cincel con el cual erigen monumentos en su honor en cada corazón que ha recibido el bien de sus manos. Según un distinguido prócer puertorriqueño: “Hay dos maneras de ser eterno: en la supervivencia del alma al morir el individuo o en vivir creando cosas, grandes o mínimas, que añaden a toda la vida que nos rodea y que va a seguir. Si se aspira tan sólo a la primera, se pueden desperdiciar grandes valores del alma, como la justicia, la dedicación a una obra, la bondad y generosidad con el prójimo”. Puedo decir sin vacilación que Aarón logró las dos».
«En su vida se dedicó a crear: fundó el Colegio Congregación Mita, la Égida El Paraíso y la Oficina de Orientación y Trabajo Social de la Congregación Mita; creó agrupaciones musicales, cuerpos de guardas y vigilantes, entre otros, acciones que replicó en los otros países donde se estableció por él la Congregación Mita. Se dedicó en cuerpo y alma al desarrollo y expansión de la Congregación Mita y fue siempre bondadoso y generoso con el prójimo. La integridad fue su vestido, maestro en sus acciones y, en su vida, un eterno servidor de Dios. Hoy le honramos por su obra que le acompaña reluciente hacia un eterno Trono de Gloria», expresó.