Por Sara R. Marrero Cabán
Durante el lapso de 15 días, siete hombres se privaron de la vida mediante suicidio en Puerto Rico.
La Policía reportó que las edades de las personas fluctuaran entre un menor de 15 años de edad a un anciano de 90.
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“El que una sola persona se suicide es motivo de preocupación. En el que, en un periodo tan corto de tiempo-lamentablemente-hayamos perdido a esas personas, obviamente es algo que nos preocupa”, comentó Ada Kercadó, psicóloga y directora de la Clínica Interdisciplinaria de Servicios a la Comunidad de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico (PUCPR).
Kercadó explicó que posibles estresores de este alto número de personas fallecidas en un poco más de dos semanas podría relacionarse al confinamiento obligatorio que ha dilatado durante los últimos 12 meses para prevenir el contagio del COVID-19.
“Tenemos que reconocer que hay una parte de la población que se ha visto muy afectada. Puede ser que esas personas estén pasando por un momento difícil y que, en un momento en particular, la desesperanza haya sobrepasado lo que son sus recursos personales”, explicó la también profesora.
Por lo tanto, es menester que aquellos que se sientan abrumados por los pesares de la vida cotidiana busquen ayuda.
Para recibir asistencia del Programa Integrado de Intervención en Crisis, mejor conocido como Línea PAS, puede llamar al 1-800-981-0023 o 1-888-672-7622, o por la aplicación móvil.
Además, la comunidad y el núcleo familiar debe velar por a cambios drásticos en el comportamiento y estado de ánimo de sus seres queridos.
Actitudes que podrían inducir al suicidio incluyen, por ejemplo, el cambio radical de una persona de ser extrovertido a más callada e introvertida. Asimismo, los introvertidos podrían manifestarse como “el alma de la fiesta”.
Otras características incluyen: tristeza profunda continua, los pensamientos de muerte y desesperanza, sentimientos de inutilidad y el regalar pertenencias queridas, entre otras conductas.
Una de las acciones más efectivas para determinar si la vida de alguien peligra es preguntarle directamente si considera el suicidio como solución. A partir de la respuesta, se deberán tomar las acciones de emergencia pertinentes.
“El suicidio se puede prevenir. Lo que tenemos que hacer es seguir educando a nuestro pueblo, aprender a reconocer cuáles son esas señales de riesgo e identificar los recursos para poder referir a esas personas”, aseguró.
