Por Sandra Caquías Cruz
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PONCE – El movimiento de tierra de magnitud de 3.35 reportado en la mañana del viernes en el área Potala, al sur de Juana Díaz, pertenece a la falla de Salinas y no es extraño que ocurra, explicó Víctor Huérfano, director de la Red Sísmica de Puerto Rico.
El movimiento de tierra sentido en la mañana de hoy -viernes- es uno de los 367 sismos registrados en septiembre, en aguas al sur de la comunidad de Pastillo, la mayoría no fue sentido.
En las pasadas 24 horas han ocurrido 12 sismos en lo que identifica como Potala, Pastillo, Juana Díaz. Ocho de ellos son de magnitud 2 o más y cuatro con magnitud de 3 o más. NInguno con magnitud mayor a 4.
Durante los pasados siete días se han reportados 55 sismos, 17 de ellos con magnitud mayor a 3. En los últimos 30 días hubo 367 sismos, 58 de ellos con 3 o más de magnitud.
En el ultimo año ocurrieron 13 con una magnitud de 4 o más.
Esos movimientos no son ajenos a esa zona. «Esa zona no es extraña a temblores», afirmó Huérfano sobre la posibilidad de que se sientan otros temblores de tierra.
«Es rutinario. Es algo que no debe extrañar. Malo sería que no pasara», dijo.
Huérfano explicó que no existe evidencia que en esa zona se haya reportado un sismo de gran magnitud y siempre se ha limitado a terremotos de magnitud, en muchas ocasiones, que no se perciben.
Los mismos pertenecen a lo que se llama la ‘Falla de Salinas’ y que algunos la identifican como la ‘Falla de San Francisco’.
Precisó que se trata de una falla que cubre el sur y que se extiende desde Rincón hasta la región de Guayama. «Eso hace esa zona un tanto frágil», dijo sobre la posibilidad de que se sientan este tipo de temblores.
«Es una falla bastante documentada», indicó antes de explicar que está relacionada a la Guánica, pero no directamente. La de Guánica se conoce como Falla Montalva y la de Juana Díaz y esa zona es la Falla de Salinas.
Aclaró que no se espera que eso sea el preludio de un terremoto de gran magnitud, pero que no hay manera de anticipar que no va a ocurrir un terremoto. «La ciencia de la sismicidad es un tanto incierta», dijo.
Recordó que, en el caso de Guánica, cuyo terremoto de enero de 2020 fue de 6.4, no fue tan potente como el de 1918 que alcanzó los 7.4 de magnitud, pero esta vez el daño fue de gran magnitud.
«No es necesario que sea muy fuerte o potente para que cause daño», advirtió. «(El daño que pudiera causar) no hay manera de saberlo. Si la infraestructura no es la adecuada, vamos a tener problemas», señaló.
Insistió en que no son fallas muy extensas «ni con mucha capacidad de desarrollar terremotos». Asimismo, aclaró que lo atmosférico, como las tormentas, no guardan ningún tipo de relación con estas actividades sísmicas.
Exhortó a la población a estar tranquila y siempre preparados para cualquier evento. Eso sí, aclaró que ese mensaje no es solo para los del sur porque también aplica a los de todo el país.