Por Dra. Enid M. López Valentín
MSW, PsyD
La Navidad es una época llena de emociones. Para algunos significa alegría, esperanza y unión familiar, pero otras personas pueden sentir que esta temporada aumenta su soledad o pensamientos tristes. Estas emociones negativas pueden causar lo que se conoce como depresión navideña o por temporada.
La Navidad es un momento de compartir tradiciones donde transmitimos la importancia de dar y recibir regalos invitando a brindar un mensaje de amor y entrega. Todo aquello que deseamos, lo plasmamos en un deseo y resoluciones para el próximo año.
Tras los sucesos de este año, como la pandemia y los terremotos, la sociedad ha experimentado momentos de incertidumbre.
Hablemos sobre los efectos psicológicos que son desencadenantes a la llegada de estas fechas deseadas para algunos y rechazadas por otros.
Síntomas más comunes:
- Euforia – Las festividades, el consumismo y el agruparnos puede causar un estado eufórico.
- Tristeza – Muchas de sus causas están relacionadas a la pérdida y/o ausencia de seres queridos.
- Frustración – Puede ser causada por la falta de recursos económicos.
- Consumismo desenfrenado – Impulso irrefrenable de comprar exageradamente.
- Indiferencia – Mecanismo para evadir la llegada de la celebración.
- Angustia – Para algunas personas, el reunirse y cumplir con tradiciones puede ser conflictivo debido a experiencias vividas.
Como profesional de la salud mental, me gustaría que repasemos lo siguiente:
¿Qué significa la Navidad para ti? Pensemos en que este año ha estado lleno de imposiciones sumado a la pérdida de seres queridos y/o su ausencia porque están fuera del país, la pérdida de sus hogares, de ingresos y el desempleo añadido a sentir el peso de la responsabilidad de cuidarnos para no contagiarnos o contagiar a los seres más queridos.
Con la llegada de estas festividades llegan los cambios que cada uno de nosotros interpreta de acuerdo con su propia experiencia.
Detengámonos un momento y pensemos en que todo proceso trae como consecuencia cambios y que los mismos pueden ser transformados en sentimientos positivos. Regalemos un abrazo con nuestra mirada, amemos desde el corazón. Es un momento de reflexión y aprendizaje.
Celebremos esta y las próximas navidades con: aceptación de nuestros pensamientos y sentimientos y con el propósito de no reprimirlos. Manejemos que la Navidad, al igual que nuestro estilo de vida, ha cambiado. Reflexionemos y dediquemos tiempo a hacer planes en familia; es el mejor regalo de la época.
Tengamos una Navidad llena de alegría, unión, paz y fe. Hagamos de nuestras emociones un terremoto de agradecimiento, un tsunami de esperanza y una pandemia de amor.
López Valentín es la directora de operaciones del Centro de Salud Conductual del Centro Médico Episcopal San Lucas.