Por Sandra Caquías Cruz
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PONCE – Un grupo de personas sin hogar, diagnosticada con una condición de salud que requiere cuidado especial, convive en un apartado sector rural de la Ciudad en el que a cambio de realizar tareas agrícolas obtiene techo y cuidados médicos.
La Hacienda la Caridad, como bautizaron el lugar, pertenece al Centro de Deambulantes Cristo Pobre el cual a diario ofrece alimentos y servicios a las personas sin hogar. La organización Club Rotario El Vigía, en Ponce, emprendió un proyecto para servir de canal para que afiliados de esa entidad, que viven en Estados Unidos, puedan brindar una aportación al proyecto.
Todos viven en una residencia, de dos niveles, en el sector Real Anón, en Ponce. El lugar fue adquirido en el 2016 por la entidad, pero los vecinos se opusieron ante el temor de que aumentara la actividad delictiva en su comunidad. Tras un pleito judicial que duró unos años, la propuesta tuvo que ser modificada y, aunque mantiene el mismo objetivo, la cifra de residentes es menor a la proyectada.
“Tuvimos que apelar el caso varias veces hasta que nos dieron el visto bueno, pero con condiciones. No podía parecer una institución, tenía que parecer una casa y se bajó a 10 la cantidad de personas que podía albergar”, explicó Ana M. Arce Zeno, secretaria del Programa de Vivienda Permanente la Caridad de Cristo. “Tenía que parecer una residencia y tener seguridad todo el tiempo”, dijo.
Los que viven en Hacienda la Caridad deben cumplir diversas tareas, desde labrar la tierra hasta colaborar en mantener en condiciones óptimas el lugar, explicó Arce Zeno. En el grupo que pernocta en el lugar no todos trabajan la tierra. Algunos tienen un empleo y salen a trabajar. También cuentan con manos voluntarias que los ayudan en las diversas faenas agrícolas.
En la estructura, de dos niveles, los participantes tienen su cuarto dormitorio y comparten el salón comedor, así como la cocina. Además, tienen su agenda de trabajo que deberán cumplir cuando su condición se lo permite. Entre los participantes hubo pacientes que estaban encamados y fallecieron.
Otros participantes se han recuperado y hubo el que se casó. También han tenido casos en los que los familiares se los llevan para darle sus cuidados, explicó Arce Zeno, quien explicó que el objetivo es rescatarlos y sacarlos de la calle, que cuiden su salud y regresen a una vida lo más normal que permita su condición.
Arce Zeno explicó que la Hacienda se creó con el objetivo de desarrollar la actividad agrícola para garantizar la seguridad alimentaria al tiempo que generaban empleos, adicional a brindar precios accesibles en alimentos de la mejor calidad.
En el lugar, de unas 5.6 cuerdas, de las cuales hay 3.6 cultivadas, cosechan plátanos, aguacates, calabazas y diversos frutos, así como crían gallinas ponedoras para la venta de huevos.
Los productos son utilizados por el Hogar Cristo Pobre para el alimento de deambulantes, pero gran cantidad de ellos son vendidos a supermercados y otros locales comerciales donde los mercadean con el nombre Hacienda La Caridad.
Entre los profesionales que laboran en el lugar hay consejero en adicción, enfermero, supervisor del programa, asistente en el empleo y chofer. Empero, no todo el mundo puede ingresar a este programa. Los interesados en ingresar deben ser evaluados por la Coalición de Personas Sin Hogar, quienes determinan si en realidad es un deambulante.
El programa, único que ofrece el servicio de albergue y agricultura para personas que tienen condiciones de salud, subsiste con fondos federales del programa HUD y opera bajo ‘la sombrilla’ del Centro Cristo Pobre. En la actualidad todos son hombres, el menor de ellos de 37 años y el mayor cumplió 72. El haber tenido expediente delictivo no los descualifica para el programa.
El participante Luis Cruz González explicó que llegó al proyecto para trabajar en agricultura y actualmente es el encargado de la siembra, preparación de terreno y otras tareas. “Estoy pendiente de que los obreros que tengo a cargo completen los trabajos, que aprendan de agricultura, de siembra”, resaltó.
“Ha sido un programa bueno. Cuando más los necesitas, ellos están ahí. En momento de crisis están ahí. Excelente programa”, describió Cruz González, quien se graduó de mecánico diésel.
“Cuando llegué al programa (centro Cristo Pobre) no estaba el proyecto de agricultura, cuando lo desarrollaron me integré. Está súper nítido. Excelente”, señaló el participante Roberto Rivera. “Me levanto como a las 4:00 am. salgo a trabajar. Los fines de semana y días feriados trabajo en agricultura”, explicó.
“El programa tiene distintas ayudas, pero son para personas que aprovechan la ayuda”, dijo Rivera.
Por su parte, William Guzmán García explicó que el Club Rotario de Ponce sirve de enlace con el Club Rotario de Los Ángeles, California, y que una vez se enteraron del proyecto lo sometieron para que recibiera ayudas. “Estaban buscando un proyecto para apoyarlo”, indicó sobre los homólogos de California.
Un grupo de visitantes del California recién viajó a Puerto Rico para conocer el proyecto y apadrinar varias de sus propuestas como la adquisición de una trituradora de alimento. “Nosotros somos el enlace, ellos son los que apadrinan”.
Destacó que el Club Rotario El Vigía está involucrado en diferentes proyectos, entre ellos, uno de computadoras, otro de apoyo a las comunidades, el de comparte tu compra y uno a dirigido a estudiantes y a la entrega de libros y libretas.
“Todos tenemos la misma filosofía, ayudar a los demás”, dijo la rotaria Hilda Violeta Marrero.