Por Sandra Caquías Cruz
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ADJUNTAS – Alana Feldman Soler nació en Nueva York, se crío en las Parcelas Falú, en San Juan y hace 13 años llegó a las montañas de Adjuntas donde labora como coordinadora del Centro ‘Paz Para Ti’ dando ayuda a las mujeres víctimas de maltrato.
En noviembre próximo la foto de Feldman Soler aparecerá en la papeleta electoral. Será la primera vez y la única mujer candidata a alcalde en ese pueblo, Feldman Soler busca ser alcaldesa por el Movimiento Victoria Ciudadana.
¿Por qué decidió radicar candidatura a la alcadía? “Tomé la decisión de que necesitamos ocupar los espacios de toma de decisiones. La experiencia que tenemos las personas que trabajamos en comunidad, y que no se está expresando, es que no tenemos un espacio para ser parte de las soluciones”, respondió.
“Por estar buscando resolver la relación con los Estados Unidos hemos descuidado todas las necesidades que tenemos, o sea, hemos descuidado la educación, la salud, la seguridad, el ambiente, y nos enfocamos, como si lo único de importancia en este país fuera el resolver la relación con los Estados Unidos”, expresó la líder comunitaria
“Siento que dedicando toda nuestra energía al estatus no estamos resolviendo nada, estamos dejando que el país se nos vaya desintegrando poco a poco”.
Feldman Soler reconoció que entrar a la política como candidata no estaba en sus planes, pero notó que la gente, el pueblo, estaba cansado y perdía la confianza en sus líderes por lo que determinó no quedarse de brazos cruzados.
“En realidad, pues no es algo que yo diga mi ambición de toda la vida fue involucrarme en la política. Yo también tengo los cuestionamientos que tiene todo el mundo, y es la falta de confianza que ha desarrollado el pueblo puertorriqueño hacia la política”.
¿Cuál es su promesa o propuesta de campaña? “Antes que nada, yo no me siento cómoda prometiendo, pues yo también vivo en este país y he visto cada cuatro años cómo llegan promesas de villas y castillas y que no se cumplen”.
“Quiero que las personas de Adjuntas tengan mayor participación en la toma de decisiones; así que mi propuesta es establecer un gobierno municipal que abra espacios de participación y que las soluciones a nuestros problemas se puedan desarrollar con nuestras comunidades”.
“Creo que la experiencia de muchas personas que vivimos en Adjuntas es que la relación que hemos tenido con las administraciones municipales ha sido una donde los gobiernos municipales ven a los líderes comunitarios como una amenaza a su liderato político, y esa no es la manera en que debemos de estarnos relacionándonos con nuestras comunidades”.
“Nuestras comunidades no son una amenaza, no son una competencia, nuestras comunidades son fuente de experiencia, de recursos, de ideas, de soluciones”, subrayó.
Explicó que la merma de mujeres en puestos electivos no es por falta de capacidad. “El 52% del electorado somos mujeres, y somos muy capaces. La gran mayoría de nosotras estamos corriendo muchísimas cosas, o sea que tenemos capacidad de gerencia, tenemos experiencia de administración, estamos corriendo nuestras familias, en nuestras comunidades, nuestras carreras profesionales y los espacios en los que nos movemos… Son muy pocas las mujeres que están decididas a romper las barreras y a radicar una candidatura”, insistió.
Feldman Soler es la coordinadora de una escuela rescatada en el barrio Yahuecas. donde proveen servicio a las mujeres rurales y desarrollan un proyecto para fortalecer los factores de protección que pueden ayudar a que las mujeres enfrenten con mayores recursos y oportunidades una situación de violencia de género.
Resaltó que ese proyecto no es exclusivo para sobrevivientes de violencia de género está abierto a toda la comunidad.
“Reconocemos que el problema de la violencia de género es un problema que no es solamente de las sobrevivientes y no es solamente de las mujeres es de toda la comunidad; es un proyecto preventivo”.
Resaltó que un 90% de las personas con las que trabajan son mujeres. “El mayor problema de la mujer del área de rural, es el aislamiento. Del aislamiento surgen muchos otros problemas”, dijo.
“La geografía del área rural hace que muchas de nuestras mujeres estén insertadas en unos espacios donde es difícil hacer un enlace directo, diario, continuo, con un círculo de apoyo que esté cercano físicamente, así que usualmente tu círculo más cercano tiende a ser tu familia”.
Explicó que la mujer que vive en sectores rurales, en especial en Adjuntas, viven aisladas y dependen de sus compañeros y en la mayoría de los casos, de la familia de ellos, para poder salir a buscar un servicio porque no hay servicios de transportación. “Todo esto se entrelaza para crear mayor aislamiento”, lamentó.
A eso sumó el que muchos servicios gubernamentales no se ofrecen en el pueblo de Adjuntas y tiene que llegar a Ponce o Utuado en busca de ese servicio, entre ellos el de la Junta de Inscripción Permanente, para registrase y votar. No pueden hacerlo en Internet porque no tienen esos servicios en sus hogares debido a la distancia en que se encuentran y a otras razones.
Feldman Soler también destacó que la distancia y falta de medios de transportación afecta a toda la población y prácticamente obliga a los jóvenes a migrar en busca de estudios universitarios de los que no regresan a establecer su vida en Adjuntas. Esto ha contribuido, según señaló, al aumento en adulto mayores, muchos de ellos en pobreza extrema, en los campos.
“Algo que nos dice la gente en el campo es que no hay nada que hacer. Nos dicen no hay empleos, en el campo queremos que nuestros jóvenes puedan invertir su tiempo en tareas productivas. No hay actividades recreativas, deportivas, artísticas, las actividades culturales todas están concentradas en el área del pueblo y si no hay transportación privada o pública”, lamentó.