Existe un aumento preocupante de diagnósticos en pacientes menores de 50 años, lo que resalta la importancia de la detección temprana.
En Puerto Rico, el cáncer colorrectal afecta a cerca de 1,500 personas cada año, convirtiéndose en el segundo tipo de cáncer más común tanto en hombres como en mujeres. Además, representa la primera causa de muerte por cáncer en mujeres y la tercera en hombres.
A pesar de su alta incidencia y letalidad, este tipo de cáncer es curable si se detecta en etapas tempranas, según explicó el cirujano colorrectal Jetsen Rodríguez.
Sin embargo, alertó sobre un aumento preocupante de diagnósticos en pacientes menores de 50 años, lo que resalta la importancia de la detección temprana.
Rodríguez enfatizó la necesidad de incrementar los cernimientos, especialmente en personas mayores de 45 años.
Estos cernimientos pueden identificar lesiones premalignas antes de que se conviertan en cáncer, aumentando significativamente las posibilidades de un tratamiento exitoso. Asimismo, el especialista destacó la clasificación de los factores de riesgo en dos categorías principales: modificables y no modificables.
Dentro de los factores modificables se incluyen el consumo excesivo de alcohol, el tabaquismo, las dietas ricas en grasas y carnes rojas, y la falta de actividad física.
Por otro lado, los factores no modificables comprenden los antecedentes familiares de cáncer colorrectal, predisposiciones genéticas, y enfermedades inflamatorias como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
El cáncer colorrectal suele desarrollarse de manera silenciosa en sus etapas iniciales, lo que lo hace especialmente peligroso. Cuando aparecen síntomas, estos pueden incluir cambios en el patrón intestinal, como diarrea o estreñimiento persistente, la presencia de sangre en las heces y anemia. Ante cualquier cambio inusual en la salud intestinal, el doctor Rodríguez recomienda consultar a un médico de inmediato.
La colonoscopía es considerada el método más eficaz para detectar y tratar lesiones premalignas en el colon. Esta herramienta no solo permite identificar pólipos o áreas sospechosas, sino también eliminarlos durante el procedimiento, evitando que progresen a cáncer.
Aunque existen pruebas alternativas de detección, como las inmunoquímicas y las de ADN en heces fecales, estas son menos eficaces para prevenir el desarrollo del cáncer.
Según el especialista, la primera colonoscopía debería realizarse a los 45 años, ajustando la periodicidad según los hallazgos y los factores de riesgo individuales de cada paciente.
La prevención del cáncer colorrectal implica, además, adoptar un estilo de vida más saludable para reducir la inflamación, un factor clave en el desarrollo de este tipo de cáncer.
Modificaciones en la dieta, el aumento de la actividad física, y la reducción del consumo de alcohol y tabaco son medidas esenciales. Además, algunos estudios sugieren que ciertos medicamentos, como la aspirina, y nutrientes como la vitamina D, podrían tener un efecto protector frente al cáncer colorrectal.
“El cáncer colorrectal es curable si se detecta a tiempo. Realizarse una colonoscopía puede literalmente salvar vidas”, concluyó el galeno, instando a la población a estar alerta y priorizar la prevención.
Para información sobre el Centro Médico Episcopal San Lucas y los servicios que ofrece, accede a sanlucaspr.org, llama al 787-844-2080 o síguelos en sus páginas de Facebook, Instagram, LinkedIn y YouTube.
Por Centro Médico Episcopal San Lucas