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Centenario el juego del dominó en Puerto Rico

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Por Ana Delma Ramírez

redaccion@esnoticiapr.com

 

El dominó es un juego de mesa en el que se emplean fichas rectangulares, blancas y negras divididas en dos cuadrados. Se juega con 28 fichas, aunque hay variantes con 55 fichas o nueve palos (conteo) en lugar de seis.

Fue inventado en China y viene de los dados, pero poco a poco conquistó Europa a través de comerciantes italianos en el siglo XVIII. El nombre del juego es tomado del francés. Su popularidad se esparció también por América Latina y los países caribeños. Se juega en Venezuela, Colombia, México, Cuba, Panamá, República Dominicana, Puerto Rico y hasta Jamaica.

Periódicos de la década de 1850, publicados en Ponce, como ‘El Ponceño’ y ‘El Fénix’, tienen reseñas sobre “el juego de domino” en las que se anunciaban el alquiler o ventas de juegos de dominó.

Ya en 1902, un negocio del uruguayo Diego Meléndez, denominado Polo Norte, ubicado en San Juan, tenía partidas de dominó y se consideraba juego peligroso y potencial al desorden para parroquianos y dueños de negocios, según citó el periódico ‘Correspondencia’ en su edición del 25 de agosto de ese año.

La estructura más organizada de este deporte se le atribuye a la Asociación de Clubes de Dominó, en 1961. Cuatro años más tarde, en 1965, el dominó llegó a cada rincón de Puerto Rico y con ello se creó la Federación que rige este deporte. En ese momento habían más de 20 clubes.

La Federación de Dominó fue la que impulsó el que se oficializara como deporte nacional, algo que se concretó bajo la Ley 168, firmada en el 2010. Fue un proyecto de la exsenadora Norma Burgos Andújar y establece que el dominó promueve valores, solidaridad, hermandad, desarrolla destrezas de matemáticas y capacidad analítica.

En 1970, Puerto Rico fue sede de la II Serie Mundial del Dominó y fue un equipo de Bayamón quien conquistó ese campeonato.

Sin embargo, no podemos ignorar que en 1985 un grupo de abogados que jugaban dominó en el restaurante del Colegio de Abogados, en Miramar, protestó porque se les prohibió al considerarlo mundano.

En la década de 1990, el deporte del dominó enriqueció la literatura con la publicación de decenas de libros sobre el tema, pero no fue hasta el 2013 en que se marca una era en este deporte cuando el exsecretario de Recreación y Deportes, Ramón Orta, acogió una propuesta para que se utilizara en las escuelas públicas y con ello estimularían conceptos de matemáticas.

El ruido de movimiento de fichas de dominó sobre el tablero o mesa es adictivo y su jerga varia de país en país.

Sin embargo, las palabras resuenan cuando sus jugadores consiguen dar ‘chiva’, o sea que el equipo contrario no logra hacer ni un punto.

Otro término de la jerga del dominó se utiliza cuando se triunfa por la vía del ‘capicúa’ con ficha que puede colocarse en cualesquiera de los dos extremos.

El ‘chuchazo’ no es otra cosa que ganar el juego con la ficha sin puntos. La palabra ‘capicú’, como se le conoce tradicionalmente, viene del catalán ‘cap’ y ‘cua’ que significa cabeza y cola.

Es común dar nombre a las fichas, por ejemplo, al doble seis cotidianamente le denomina ‘caja de dientes’, pero adicional a la jerga no falta el jugador que se inventa hasta un conjunto de señas para organizar el juego.