Por Redacción Es Noticia
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Domingo Reyes Piazza es un vivo ejemplo de alguien que aprendió por experiencia los beneficios de construir con resiliencia.
Después de que el huracán María arrancó su techo de metal, Reyes decidió hacerle mejoras. Cinco años después, cuando el huracán Fiona azotó partes de la región montañosa del sur y el centro de Puerto Rico, sus reparaciones pasaron la prueba.
Con la ayuda de FEMA, un ingeniero, una arquitecta y los consejos de los especialistas de Mitigación de Riesgos (HM CEO, por sus siglas en inglés), Reyes realizó varias reparaciones tomando en cuenta las medidas de mitigación aprobadas por la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) y los códigos de construcción actuales.
Para mitigar daños futuros, Reyes compró planchas de metal galvanizado de mayor grosor y fijó cada una de ellas con tubos de PVC adicionales y más fuertes.
También instaló en todo el alero del techo una cobertura que protege las planchas de metal y la madera. Esto impide que el viento penetre entre las capas de metal y madera y las separe.
«Ahora el aire rebota y se va para otro lado, pero no me separa el techo de metal del de madera que está por debajo», aseguró Reyes.
Antes de mudarse a Puerto Rico, Reyes vivió en el condado de Rockland, Nueva York, donde conoció a su esposa, Roxana, y trabajó en la industria de la manufactura hasta jubilarse.
Tras vivir en Estados Unidos más de 40 años, ambos decidieron regresar a Puerto Rico a disfrutar su retiro. La pareja se instaló en un hermoso chalé de madera rodeado de hermosas plantas y árboles frutales en Barrio Saltillo, una tranquila barriada del municipio de Adjuntas.
«Esta casa tiene todas las especificaciones de construcción requeridas para una casa de madera, bien asegurada con anclajes, en toda la casa», dijo Reyes, quien nació y se crió en esta zona. Afirmó que durante el huracán María, «a esta casa no me le pasó nada, excepto el techo de metal, que me lo enrolló completo.»
Sin embargo, con las medidas de mitigación, el resultado tras el huracán Fiona fue diferente. «Con Fiona, pasó la prueba. No fue como María, pero fue bastante fuerte, y los dos la pasamos aquí, tranquilitos”.
Historias como esta son comunes después de un desastre. Mucha gente opta por reparar únicamente los daños que infligió el evento y luego enfrentan el mismo problema si vuelve a producirse un desastre similar.
Por eso FEMA, hace todo lo posible por educar a la población sobre las ventajas de la mitigación de riesgos, que no es otra cosa que reconstruir más fuerte, seguro e inteligente.
Poco después del huracán Fiona, cuando los primeros Centros de Recuperación por Desastre (DRC, por sus siglas en inglés) abrieron sus puertas, los especialistas en Mitigación de Riesgos de FEMA comenzaron a reunirse con el público.
Participaban en actividades comunitarias y visitaban los DRC, ferreterías y tiendas por departamentos a través de la isla, donde los sobrevivientes podían estar comprando materiales de construcción para reparar los daños causados por el huracán.
Los equipos de educación y alcance comunitario visitaron entre cinco y ocho tiendas a la semana, donde orientaron a aproximadamente 400 personas diariamente.
Más de 32,000 personas que visitaron las tiendas Home Depot, National Lumber, Ace y Walmart en este período pudieron hablar con especialistas de FEMA sobre técnicas de mitigación.
Entre septiembre de 2022 y febrero de 2023, los expertos en mitigación atendieron a más de 103,500 personas y les ofrecieron consejos prácticos sobre cómo reducir el riesgo daños en la propiedad ante los desastres futuros.