PONCE – Neishleen Correa Vélez reconoce que su mayor debilidad son los dulces. Durante el encierro, debido al COVID 19, no dejaba de pensar en sus dulces favoritos.
“A mí me encantan y pensé que al igual que yo había muchas personas deseosas de comerse unos dulcecitos. Eso es algo que alegra a cualquiera, pero la verdad es que estaba difícil salir de la casa y más aún para comprar dulces”, contó la ponceña.
Es entonces cuando la joven de 25 años decidió montar su tiendita.
“Empecé a preguntar entre mis amistades y familiares sobre la idea de encargar dulces y recibirlos en sus casas y a todos les pareció buena idea”.
Neishleen, quien es sicóloga escolar y cursa su doctorado en sicología clínica, quería vender dulces para alegrar a las personas durante la pandemia y, a su vez, enviar mensajes y palabras de aliento en las bolsas de estraza.
“¿Quién no recuerda esos dulces de la niñez o esa tiendita de la comunidad? Eso es lo que pretendo traer a la memoria de las personas. Por eso no trabajo cualquier dulce, más bien, vendo dulces que nos gusten a todos y que, a la vez, nos traigan mucha alegría. De ahí nació La Guagüita de Bruno”, explicó la joven, quien se considera amante de los animales y escogió el nombre de su negocio en honor a su perro Bruno.
“Uno de mis mensajes principales es: Compra para tus niños, pero no olvides comprar para ti. Es una forma de recordarle a los adultos que ellos también merecen darse un gustito”, añadió.
Neishleen envía diferentes consejos para los niños y trabaja mensajes personalizados para diversas ocasiones.
“Es bien bonito. Yo preparo las bolsitas y después recibo mensajes de las personas y de los niños. Yo envío alegría y recibo también mucha alegría a cambio”, expresó la joven negociante.
La ponceña utiliza la plataforma de Instagram para mercadear sus productos y las órdenes de dulces no se detienen.
“El producto básico es una bolsa con 32 dulces. También trabajo órdenes familiares y pedidos especiales para actividades o cumpleaños”, explicó.
Entre los dulces que Neishleen incluye en cada bolsa se encuentran los Sugar Daddy, Sixlets, Nucitas, patas de gallina, Semillas David, Corn Nuts, Sorpresas Gruvy, Rompe Muelas, Jolly Ranchers, Boli frutas, Bubbaloo, Fun Dips, vacas lecheras, cerbatanas y esquimalitos, entre otros.
“Se hacen entregas a domicilio en el pueblo de Ponce. Si es en otro pueblo o fuera de la Isla se envía por correo”, dijo.
La Guagüita de Bruno ha tenido una gran acogida por los boricuas en la diáspora.
“Yo envío muchas bolsitas fuera de la Isla. La gente se alegra un montón cuando recibe los dulces. Yo creo que es más que nada por la añoranza”, expresó la joven.
Neishleen planifica continuar con su tiendita de dulces y seguir enviando alegría dentro y fuera de la Isla.
“Si alguien aspira a reinventarse o hacer algo diferente, no debe dudar de su potencial. El miedo es parte de cada proceso, pero uno debe atreverse; nada es imposible. Con dedicación y esfuerzo todo se puede lograr”.
Naishleen y la Guagüita de Bruno nos confirman que las ideas simples se convierten en ideas excepcionales cuando salen del corazón. Gente como tú que nos recuerda que la mayor recompensa de llevar alegría a otros es recibir alegría y agradecimiento.