Por Yenilis Mattei Ruiz
redaccion@esnoticiapr.com
Kenneth Eugene Smith, un prisionero en el corredor de la muerte en el estado de Alabama, será ejecutado mediante hipoxia de nitrógeno el próximo 25 de enero, un hecho sin precedente en los Estados Unidos.
En un intento anterior, en noviembre de 2022, las autoridades de Alabama buscaron ejecutar a Smith mediante inyección letal, pero el procedimiento fracasó.
Posteriormente, decidieron recurrir a la hipoxia con nitrógeno, una práctica que fue aprobada en Alabama en 2018, pero que nunca antes se ha aplicado ni probado.
Smith fue condenado hace más de tres décadas, junto con un cómplice, por asesinar a golpes y puñaladas a Elizabeth Sennett, de 45 años, a cambio de un pago de $1,000 de parte del esposo de ésta y pastor de una iglesia, Charles Sennett.
El pastor buscaba cobrar el seguro de vida de su esposa. Se suicidó luego de que la investigación se centrara en él como sospechoso, indican documentos judiciales.
A pesar de que el jurado lo declaró culpable de manera casi unánime (11-1), el juez de sentencia anuló la recomendación del jurado y lo condenó a muerte.
La ejecución prevista ha suscitado preocupaciones a nivel mundial, especialmente después de que cuatro expertos de la Organización de las Naciones Unidas, mejor conocida como la ONU, defensores de los derechos humanos, levantara bandera sobre la aplicación de este método no probado.
Los expertos subrayaron la falta de evidencia y la ausencia de precedentes sobre la hipoxia de nitrógeno, señalando que su utilización podría violar los estándares internacionales de derechos humanos.
Los estados de Oklahoma y Mississippi ya habían aprobado la hipoxia de nitrógeno como método de ejecución después de que la ley federal otorgara a los estados la opción de elegir este procedimiento.
La ejecución de Kenneth Eugene Smith mediante este controvertido método ha avivado el debate sobre la pena de muerte y sus implicaciones éticas y legales, no solo en Estados Unidos sino también a nivel internacional.
La atención se centra ahora en cómo se desarrollarán los acontecimientos y si las preocupaciones expresadas por los expertos de la ONU tendrán algún impacto en la decisión final de llevar a cabo la ejecución el próximo 25 de enero.
