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El deporte fue su norte

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Por Ana Delma Ramírez

redaccion@esnotiiciapr.com

 

Alba Rivera es una de las máximas exponentes del deporte adaptado en toda su expansión.

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Albita, como la llaman sus amigos, es natural de San Juan, criada y formada profesionalmente en Cayey. Esta atleta despierta el interés por su esfuerzo deportivo.

Es Noticia presenció el momento en que conquistó el primer lugar de la categoría de silla de ruedas del Maratón La Guadalupe.

Retirada de la Policía y del Ejército de los Estados Unidos, la joven mujer de 56 años se ha dedicado a correr eventos de fondo en y fuera de Puerto Rico.

Antes de depender de su silla de ruedas, Albita dedicó 30 años a diversos deportes, como Atletismo, Baloncesto, Ciclismo, Duatlón, Natación, Softbol, Tiro con pistola y rifle, Tríalo en equipo y Voleibol. Obtuvo 176 medallas, 5 placas, 45 trofeos.

La carrera militar la comenzó a sus 23 años en la escuela de oficiales de Benjamín Harrison, Indianápolis, Indiana. Como militar fue asignada a misión en Irak donde tuvo un accidente que impidió su movilidad.

“En ese entonces tuve que reinventarme y de paso luchar con dos diagnósticos de cáncer y una estadía en intensivo”, contó.

Albita se recuperó y adentró en la experiencia de modificar su interés deportivo hacia el deporte adaptado.

El fenecido terapista del Hospital de Veteranos, Pedro Just, tuvo mucho que ver con la nueva vida deportiva de Albita, quien actualmente reside en Bayamón.

Albita se especializó en deportes adaptados como Tiro con Arco y Flecha, tenis de mesa y cancha, Tiro al blanco con rifle. Donde desde el 2013 participó en torneos en E.E.U.U.
Como ejemplo del deporte adaptado, lleva una colección ganada de 488 medallas, tres placas, un reconocimiento y nueve trofeos.

En su silla de ruedas corre las distancias de 5, 10, 21 kilómetros, recientemente incursionó en los 42k. Sobre su principal equipo para correr, su silla de ruedas, dijo que “es muy difícil adquirir estos equipos médicos y no las diseñan en Puerto Rico. Dos expertos, Muriel Bernard y Alexandra Hernández, me tomaron las medidas con las que pude comprar mis sillas de ruedas de carreras. Son costosas (miles de dólares) y las piezas de reemplazo se compran fuera de Puerto Rico”.

La vida de Albita es fructífera desde su niñez. A sus 8 años tenía un puesto de frutas frente a su casa, una especie de negocio familiar.

Se graduó de Administración de Empresas y contabilidad, lo que le permitió asumir posiciones en el servicio gubernamental y empresa privada.

En cuanto a carreras pedestres ha participado en eventos en 73 pueblos y los estados como Florida, Illinois, Tennessee y Washington D.C.

Albita es embajadora de una organización denominada ‘Corro, Camino o Ruedo por Ti’, fundación sin fines de lucro cuya meta es motivar a los atletas a correr.

“La poca empatía de las personas con pacientes con impedimentos, en ocasiones se burlan, lo canalizo a través del deporte”, aseguró.

Albita es agradecida de una lista de personas que la apoyan. Dedica tiempo a ofrecer servicios a desválidos y personas que tienen vida normal, pero baja autoestima.

Esta atleta reciente la ausencia de categorías de sillas de ruedas en algunos eventos como 5k.

“Hubo uno en Ponce, que luego de inscribirnos, cobrarnos por ello, informar sobre premiación, nos limitó sobre el asunto y solo nos dio certificado de participación”, señaló la fondista de deportes adaptados.

También tronó contra un colegio de profesionales, un 5k en Fajardo, un equipo de baloncesto, un municipio y otras entidades, quienes le niegan premiación en metálico por correr en sillas de ruedas.

Son varios factores de “cierto discrimen y organización”, argumentó, para los atletas de deportes adaptados que impiden su desarrollo y masificación.