PEÑUELAS – Nashaly Ayala González sentía en su corazón la necesidad de ayudar y enseñar a otros sobre la forma de adorar a Dios por medio de las danzas. La joven, mientras cursaba su bachillerato en sicología de la Universidad de Puerto Rico en Ponce, viajó al estado de Texas y se certificó como licenciada en danza cristiana.
“Esto me capacitaba para enseñar a otras personas. Yo hace mucho tenía la visión y el deseo, pero era menor de edad y eso dificultaba el proceso”, contó la residente de Peñuelas.
Nashaly identificó, no solo la necesidad de una escuela de danza cristiana en el área sur, sino la necesidad de una tienda de ropa, calzado e instrumentos de danza.
“En Puerto Rico hay dos tiendas que se especializan en este mercado y están en el área norte, pero en el sur de la Isla no había nada. Yo estaba clara y convencida del tipo de negocio que quería hacer, pero era menor y para colmo no había hecho crédito”, expresó la joven de 22 años.
Aunque la empresaria no pudo hacer su negocio de inmediato, comenzó por vender productos de danza en las redes sociales y tuvo muy buena acogida, pero el sueño de fundar un local y de tener una academia de danza cristiana, seguía latente en su corazón.
“Tan pronto cumplí la mayoría de edad comencé a tramitar los diferentes permisos, pero no tenía ni historial de crédito, ni recursos, ni capital. Lo que si tenía era un corazón dispuesto y mucha fe. Hoy puedo decir, sin duda alguna, que vi la mano de Dios en todo momento”, relató Nashaly.
En poco tiempo, la joven alquiló un local en el Centro Comercial de Peñuelas y hace varios meses logró hacer realidad su sueño: Judah Dance Store.
“Abrí la tienda en enero de este año y en tan poco tiempo hemos crecido mucho. Yo sabía que tendría mucho auge, pero el apoyo ha sido mucho mayor al esperado”, expresó.
Judah Dance Store se especializa en ropa de danza, biblias, instrumentos y diversos artículos y detalles con mensajes bíblicos. Además, cuenta con su academia de danza.
“Actualmente tenemos 20 estudiantes y es el primer grupo de nuestra academia que tendrá su certificación. Las clases van dirigidas a católicos, bautistas, evangélicos y otras denominaciones. La danza cristiana lleva mucho tiempo. La vemos en la biblia y trasciende de generación en generación. Es un tipo de lenguaje no verbal que es parte integral de nuestra adoración a Dios, nos permite comunicarnos de forma especial con nuestro creador”, explicó la joven.
A nivel académico, Nashaly planifica cursar estudios en la Escuela de Derecho de la Universidad Católica de Ponce y a nivel empresarial, visualiza alquilar varios locales a través de la Isla.
“Es lindo ver que mucha gente se acerca a nuestra tienda solo para recibir una palabra de aliento y de consuelo, o para pedir oración. También es maravilloso compartir con otros mi conocimiento de danza. Aquí recibimos a todos, desde los 5 años hasta los 100. Para adorar a Dios no hay edad”, indicó.