Por Pedro Bosque Pérez
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PONCE – Escuelas cerradas por el Departamento de Educación (DE) en pueblos del sur y centro de Puerto Rico se han convertido en establo de caballos, hospitalillos para usuarios de drogas y vertederos clandestinos.
Algunas están llenas de maleza y ratas, y han sido despojadas de las ventanas, puertas, pizarras, cables de electricidad y tubos para agua potable. Muchas de las paredes están llenas de grafiti. Así, lo que una vez fue escuela ahora, en muchos casos, es guarida de personas sin hogar.
Este es el caso de la escuela elemental Eugenio María de Hostos, en el sector Pámpanos, en Ponce. El plantel ilustra el abandono de una de muchas escuelas cerradas en Puerto Rico, bajo la justificación de que se redujo la población escolar.
“Aquí fue donde yo aprendí a leer, a escribir, a hablar y a comunicarme. A conocer a la gente. Es una pena grandísima que todo este edificio, tan bien ubicado, tan bien construido, se esté perdiendo. Que se lo hayan dejado a los caballos, a los deambulantes. Se ha deteriorado innecesariamente”, expresó un ponceño que pidió que no le identificara por nombre y que estudió en la Eugenio María de Hostos, en la década del 1960.
“Es una vergüenza que se hayan dejado perder estos edificios”, dijo sobre las escuelas y fábricas cerradas, que a su juicio lleva a la gente a mudarse a otro país o terminan cayendo en vicios de drogas. “Están empobreciendo a este país de una manera tan escandalosa, tan asquerosa, qué de verdad, da pena decir que tú eres boricua… da pena que, por estupideces políticas, esto se haya dejado caer de la manera que se ha dejado caer”, afirmó este ponceño, que opinó y propuso que esa estructura abandonada se convierta en unos 10 apartamentos.
Toma tiempo disponer de las escuelas cerradas
En el cuatrienio pasado se cerraron 428 escuelas. En mayo de 2017 la entonces secretaria de Educación, Julia Keleher, anunció el cierre de 165 planteles y en mayo de 2018 la clausura de 263 escuelas adicionales. Al menos 115 planteles fueron cerrados en el área sur, según datos del DE.
Luego que el DE cerró los planteles escolares, la titularidad de las propiedades pasó al Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP) o a la Autoridad de Edificios Públicos (AEP). Conforme a la Ley 26-2017, con la que se creó el Comité de Evaluación y Disposición de Bienes Inmuebles (CEDBI”).
El CEBDI es el encargado de tramitar, evaluar y tomar una determinación respecto a la compraventa de los bienes inmuebles del Gobierno, entre los que se encuentran aquellos planteles escolares declarados en desuso. Las escuelas cerradas se deben vender al valor tasado y disponer de ellas para el beneficio del interés público, lo que incluye entidades sin fines de lucro.
El Código Político de Puerto Rico establece que el DTOP es el custodio de los inmuebles declarados en desuso por la Rama Ejecutiva, por lo que representa al Gobierno en la escritura de compraventa, excepto si la titularidad del inmueble en desuso consta a favor de otra entidad gubernamental como la AEP.
15 escuelas disponibles para vender
El pasado 4 de febrero, el CEBDI tenía 15 escuelas en desuso en nueve municipios de la región Sur, disponibles para vender. Pero todo este proceso, en el que participan varias agencias, toma mucho tiempo y es el panorama al que se enfrentan los alcaldes que están en trámites o harán propuestas para adquirir o arrendar planteles cerrados con el fin de darle uso.
A los cierres de escuelas se sumaron los terremotos de 2020 que causaron daños a 159 planteles en 14 pueblos sureños. Los municipios más afectados fueron Ponce, Guayanilla, Peñuelas, Yauco y Guánica, lo que se conoce como la zona cero. La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) evaluó esos planteles para asignar los fondos y repararlos.
Aparte a esos planteles con daños, muchas escuelas en Puerto Rico tienen lo que se conoce como columnas cortas, lo que las hace vulnerables ante un fuerte sismo, por lo que necesitan ser reforzadas. El 2 de agosto pasado, el gobernador Pedro Pierluisi informó que la Autoridad para el Financiamiento de la Infraestructura (AFI), había “adjudicado los contratos para los trabajos en 125 escuelas. Un 50% de las escuelas con columnas cortas estarán reparadas para diciembre de 2021, mientras que el resto en o antes del fin de año escolar en mayo de 2022”, dijo en aquel momento.
“Masacre educativa”
Los alcaldes de diversos municipios en Puerto Rico quieren dar uso a las escuelas cerradas, pero señalan que el proceso para adquirirlas es lento y burocrático. “El proceso ni es corto ni fácil. Ha sido intenso. Uno como alcalde tiene que moverse. Los logros que hemos tenido son porque le hemos dado un seguimiento continuo. Son lentos”, dijo la alcaldesa de Patillas, Maritza Sánchez Neris, sobre las gestiones con entidades del gobierno para darle uso a las escuelas cerradas en ese municipio.
Sánchez Neris explicó que en Patillas han cerrado ocho escuelas, cinco de ellas en los últimos años. “Hemos estado trabajando con algunas de ellas y buscando alternativas para cada una”. Como ejemplo mencionó el plantel Lamboglia, en la que en un lapso de cinco meses establecieron un proyecto Montessori.
Por su parte, el alcalde de Villalba, Luis Javier Hernández Ortiz, calificó los cierres de escuelas bajo la exsecretaria Keleher como “una masacre educativa. Cerraron casi todas las escuelas de las comunidades. Y ha sido una batalla fuerte con el Gobierno para que transfiera escuelas cerradas”.
“La escuela elemental Walter Mc Jones en el casco urbano, fue la primera escuela de Villalba. Un edificio histórico, en el que 600 estudiantes tomaban clases. Fue una injusticia su cierre. La secretaria Keleher no nos escuchó”, dijo Hernández Ortiz. Indicó que lograron un contrato de arrendamiento por 15 años y mudaron al plantel varias oficinas municipales.
Explicó que el DTOP alquiló por 15 años la escuela José González Ginorio, en la que se daban clases hasta el octavo grado. El plantel es una escuela especializada para atender estudiantes de educación especial. Este plantel debe atender alumnos con autismo y otras condiciones.
Por su parte, el alcalde de Adjuntas, José Hiram Soto Rivera, lamentó el cierre de planteles en ese pueblo. “Básicamente se afecta la gran mayoría de los estudiantes, así como los maestros y directores, que hacen maravillas”.
Soto Rivera también expresó preocupación por la escuela superior José Barceló Oliver, que es residencial agrícola. “Esa es una de las escuelas que aparece en una supuesta lista para cierre”, por lo que habló con el secretario de Educación, Eliezer Ramos Parés. Este funcionario negó que existan planes para cerrar el plantel Barceló Oliver, aunque existe un documento del DE que anticipa el cierre de 83 escuelas, incluyendo esa.
Mientras el alcalde de Coamo, Juan Carlos García Padilla, dijo que en ese municipio “se cerraron siete escuelas. De esas, solo una se logró vender, a la entidad sin fines de lucro New York Foundling”, que estableció un Head Start con fondos federales en la escuela elemental Palmarejo. Dijo que está “cansado del estado de deterioro” de las escuelas cerradas por el DE. “Cuesta un dineral que no tiene el municipio”. Sostuvo que va a trabajar de uno a uno con esas escuelas “y buscar novio o novia”, que las usen y emprendan negocios en Coamo.
El alcalde de Guayanilla, Raúl Rivera Rodríguez, destacó que “recuperamos y rehabilitamos la escuela Padre Nazario, que estaba cerrada y en desuso”. Ese plantel se usa ahora para dar clases en horario alterno a estudiantes de escuelas averiadas por los terremotos. Indicó dijo que de las seis escuelas públicas averiadas por los sismos varias han sido reparadas. Entre ellas la Gloria María Borrero Oliveras, que da clases de Kinder a octavo grado y tiene programa de educación especial. La escuela superior Asunción Rodríguez de Sala también fue reparada.
De su parte, el alcalde de Juana Diaz, Ramón Hernández, aseguró que las escuelas que se cerraron “se han convertido en estorbos públicos. Las comunidades perdieron, no hubo ahorro. Lo que tenemos son escuelas abandonadas totalmente… Quiero darle uso comunitario, darle vida. Pero ha sido bien difícil. En todo Puerto Rico hay escuelas abandonadas y vandalizadas”.
Como proyecto exitoso en Juana Diaz de un plantel cerrado que se le da uso comunitario, el Alcalde mencionó la escuela Ramón Enrique Ortiz, que fue cerrada en 2011. En esa estructura se estableció en el 2013 el Taller de Trova y Música Folclórica, Inc., que es una institución sin fines de lucro.
Mientras que la escuela Carmen Flores, del barrio Rio Cañas Abajo, es usada para entidades sin fines de lucro que beneficien a esa comunidad. Ese plantel contrasta con la escuela José A. González, en el mismo barrio, que está abandonada y vandalizada. En igual condición está el plantel Santiago Collazo Pérez, en el barrio Sabana Llana, a la que le han robado ventanas y cables. El Alcalde quiere que entidades sin fines de lucro y comunidades usen las escuelas que se han cerrado en Juana Díaz.
Por su parte, la vicealcaldesa de Ponce, Marlese Sifre Rodríguez, expresó que “es bien lamentable el desfase en la comunicación del DE con las diferentes agencias estatales y municipales. No hay una comunicación. Todos saben que el DE está en una sindicatura. Tienen muchos millones en fondos que no han utilizado. Aún quedan árboles tumbados por los huracanes -en 2017- que no se han recogido”.
“Se cerraron muchas escuelas, en diferentes sectores y comunidades de Ponce que pudieran estar en mejores condiciones”, afirmó la Vicealcaldesa de Ponce. Los intentos por entrevistar a todos los alcaldes de la región Sur no tuvieron éxito.
En cuanto a los planteles cerrados a causa de los daños causados por los terremotos o porque son inseguros, Sifre Rodríguez dijo que hay “19 escuelas fuera de su estructura original”. En el caso de la escuela vocacional Bernardino Cordero Bernard, las instalaciones se comparten con la Dr. Manuel de la Pila y la Antonio Paoli.
Mientras que en el Complejo Ferial hay unos 800 estudiantes que provienen de las escuelas Carmen Solá de Pereira, Aurea Rivera Collazo, Andrés Grillasca, Julio Collazo Silva y Rodulfo del Valle. “Tienes demasiadas distracciones allí. Los cubículos no son cerrados y se afecta la concentración de los estudiantes”, dijo la Vicealcaldesa de Ponce. Indicó que se supone que se estén reparando los 19 planteles.