Por José A. Sánchez Fournier
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En una de las citas titulares más dramáticas en la historia reciente de los pesos completos, el británico Tyson Fury retuvo su corona versión Consejo Mundial de Boxeo noqueando al estadounidense Deontay Wilder anoche ante aproximadamente 20,000 espectadores en el T-Mobile Arena de Las Vegas, Nevada.
Un corto volado de derecha que Fury conectó al temple de Wilder cuando lo tenía arrinconado en la esquina roja envió al estadounidense de bruces a la lona. El réferi Russell Mora no le contó. No era necesario. Detuvo la pelea y declaró a Fury ganador a los 1:10 del undécimo round.
Fury mejoró su hoja profesional a 31-0-1, con su vigésimo segundo triunfo por nocaut. Wilder quedó en 42-2-1, con 41 nocauts.
Pero no fue fácil para el ganador.
Wilder arrancó extremadamente agresivo, aunque fallando la mayoría de sus envíos. Fury mantuvo la calma y para el segundo, comenzó a pelear rudo, amarrando y poniendo su cuerpo encima de Wilder para cansarlo prematuramente.
Fury lastimó a Wilder y lo derribó en el tercero. Un malamente herido Wider apenas sobrevivió el asalto. Pero en el cuarto, le pagó con la misma moneda a Fury, tirándolo en dos ocasiones y poniéndolo en mal estado. El estadounidense tomó el control por los próximos asaltos pero su estilo torpe y violento lo dejaba expuesto a contragolpes y lo cansaba prematuramente.
“Esta pelea se pudo ir para cualquiera de los dos lados. Pero cuando hay que ponerlo todo en la raya, yo siempre salgo victorioso y lo hice de nuevo hoy,” dijo Fury en el cuadrilátero durante la entrevista post combate. “En el cuarto round me lastimó dos veces, pero nunca pensé que eso era todo, que no podría seguir. Lo que me pasó por la mente fue: Muy bien, eso dos fueron buenos. Ahora me toca a mí”.
Para el siete, Fury tenía el volante nuevamente. Comenzó a hacer retroceder a Wilder y castigarlo contra las cuerdas. Lo derribó con un gancho en contragople en el décimo y de nuevo Wilder fue salvado por la campana.
En el 11 no tuvo la misma suerte, y cuando Fury lo estremeció con la derecha, Wilder se fue de bruces a la lona, fuera de sí.
“Hice lo mejor que pude, pero no pude triunfar esta noche. No estoy seguro de qué fue lo que sucedió. Sabía que no se presentó a la pelea pesando 277 libras para ser una bailarina de ballet sobre el ring. Vino a recostarse sobre mí, a pelear rudo y tuvo éxito,” dijo en su camerino Wilder, quien se negó a hacer las paces con Fury tras el tercer choque entre ambos. El primero fue empate, y Fury ganó el segundo por nocaut en siete asaltos.