Por Sandra Caquías Cruz
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PONCE – Grandes maestros del pincel y artistas plásticos seleccionaron como destino la comunidad La Playa, en esta Ciudad, para establecer el taller, en el que sin temor a equivocarse y tras una vida de demostrar su talento, decidieron anclar su centro de trabajo para observar la cosecha sin dejar de seguir sembrando.
Uno cuyo trabajo ha brillado fuera de Puerto Rico, pero su ancla está en La Playa de Ponce, es el maestro Franklin Graulau, quien recién fue invitado a participar en la 3 Trienal de Arte Latinoamericano en Nueva York.
El artista plástico, nacido en Coamo, pero ponceño por adopción, seleccionó para esta exposición ‘La Menina y el Espejo’, una pieza, integrada por pedazos de telas, algunos cocidos a mano otros con máquina, a los que integró dientes y botones.
‘La Menina y el Espejo’, según la describe, gravita mostrando su anatomía blanda de telas y entretelas, materiales buscados, junto a otros encontrados, se prestan para dar vida a ese ser.
“La Menina no dice, solo sugiere, invita al espectador a ser parte de un guion íntimo y personal. Estamos hechos de eso, de retazos de desechos que mezclamos y dejamos que evolucionen en lo que somos. Somos el espejo dentro del espejo, visto de afuera, con ligeros intentos de escapismo”, describió.
Graulau el artista y Frankie el amigo, vive en la urbanización Villa del Carmen. Su casa la transformó en un enorme taller, que llama Bunker, donde también siembra cactus y cuida de Amado y Violeta Parra, dos perritos que corretean por el cúmulo de piezas cargadas de historia que luego integra en sus piezas.
El Bunker lo describe como un espacio dedicado a la investigación, talleres de cerámica escultórica, vidrio fundido y curaduría de proyectos para estudiantes y artistas que se adentran en el medio de la cerámica y medios mistos bidimensionales y escultóricos.
Botones, pedazos de tela, lámparas de metal atacadas por los años, hornos de barro y platos de todos colores y vidrios, de vajillas sobre las que una vez sirvieron alimentos en algún opulento comedor, como describe Graulau, son piezas llenas de historia que cargan un mensaje que desea perpetuar.
“En el arte, la materia es sumamente importante”, comentó entre los estrechos pasillos de su Bunker.
“Yo puedo dejar de ser maestro en cualquier momento… pero jamás de ser artista. Estoy en un momento en el que me estoy disfrutando”, expresó entre las decenas de piezas y obras cargadas de mensajes.
En la sala tiene una percha. En ella colgaba la ropa de gala de ‘La Yunta de Control Fiscal en Traje de Gala’, el atuendo de una comparsa que utiliza como crítica social.
“’La Yunta Fiscal en Traje de Gala’ es un performance que se hace tratando de jugar con personas, donde la cara se hace con bozales de perro, con dientes de vaca, pero a la misma vez se va la bisutería barata”, comentó.
La comparsa de ‘La Yunta de Control Fiscal’ recién salió a caminar las calles de La Playa de Ponce, como parte del trabajo final de un grupo de artistas que participaron en el proyecto ‘Arte en el Barrio’, del Museo de Arte Contemporáneo, que tenía como objetivo darle visibilidad a los que trabajan el tema de la careta en La Playa de Ponce.
Graulau nació a finales de la década de 1960. En 1985 ingresó en la Escuela de Diseño, Altos de Chavón, en la Romana, República Dominicana, donde obtuvo un grado en Ciencias Aplicadas, en Bellas Artes e Ilustración.
Trabajó por 14 años impartiendo clases y talleres de cerámica escultórica y vidrio fundido en la Escuela de Artes Plásticas de Puerto Rico, entre los prestigiosos lugares en los que han exhibido sus trabajos.
La carrera artística de Graulau incluye la cerámica escultórica, la escultura, pintura, fotografía, diseño gráfico, la dirección creativa y estilismo. Ganó un premio en Croacia. Durante una década fue editor fotográfico de la revista ‘Arias’.
Fue premiado en la Trienal, Elite – Tile Internacional del Tile Cerámico. En el 2010 fue seleccionado como jurado en la Trienal, Elite – Tile, que se llevó a cabo en la República Dominicana. Obtuvo reconocimiento en la Bienal de Cerámica de Puerto Rico.
¿Realizado? “Si”.
