Por Redacción Es Noticia
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Pese a que la Asociación de Economistas ha recomendado mantener las medidas de aislamiento social hasta que bajen los contagios y las muertes por causa del coronavirus, el sector privado insistió en que se debe reabrir la economía lo más pronto posible y no esperar al 3 de mayo o principios de junio para reactivar la actividad económica.
Federico Stubbe, presidente de Prisa Group, uno de los portavoces del Movimiento por una Economía Saludable, sostuvo que de extenderse el cierre hasta el 3 de mayo, el impacto económico ascendería a $8,400 millones y hasta el 31 de mayo el impacto podría llegar a $12,100 millones.
Indicó que los sectores comerciales más afectados serían bienes raíces, ventas al detal, manufactura, turismo y entretenimiento, autos y salud.
“Un cierre de dos semanas para prevenir un colapso en el sistema de salud es algo que la mayoría de los negocios pueden manejar. Pero mantener las restricciones por más de seis semanas va a obligar a la quiebra y al fracaso a la mayoría de los negocios y empleos en Puerto Rico. El colapso económico será devastador. El sistema de salud tiene amplia capacidad. Es hora de producir», dijo Stubbe.
Según el empresario, al momento se estima que 300,000 personas están sin trabajo temporalmente en la industria privada, lo que traduce a que 45% de los empleados del sector privado está afectado. De estos, un aproximado de 170,000 ya ha solicitado los beneficios por desempleo.
«Otro punto relevante, según sostuvo el empresario, es el impacto que tendría en la población local la falta de ayudas federales que recibe Puerto Rico ya que pudieran verse en riesgo en un futuro cercano. Esta situación tendría un impacto para un 45% de las familias que depende de algún tipo de ayuda como Medicaid, PAN y Vivienda Pública».
La situación económica que llega como resultado del coronavirus trae consigo los siguientes riesgos principales: la parálisis del sector privado, la insolvencia de los hogares, el colapso fiscal del gobierno y la posibilidad de que agrave la depresión económica.
Stubbe indicó que el Movimiento por una Economía Saludable ha propuesto un programa denominado Protegiendo la Salud y la Producción con los siguientes puntos:
· Tenemos que entender que el público y las empresas son inteligentes y han aprendido. Los mercados son eficientes. Tanto los trabajadores como los clientes no saldrán a la calle hasta que no se sientan cómodos con la solución que se les ofrece.
· Los empresarios puertorriqueños son tan buenos como los mejores del mundo. Tienen la capacidad y necesidad de desarrollar protocolos que protejan la salud, tanto del cliente como de sus trabajadores.
· Cada industria presenta su protocolo que se adapte a sus circunstancias y necesidades. En un mercado libre los clientes deciden.
· El gobierno debe confiar y contar más en la capacidad de sus líderes empresariales, trabajadores y clientes. Le va a dar mucha más fuerza a la solución.
· Controlemos nuestros miedos y trabajemos juntos, gobierno y empresa para perseguir la solución de una mejor vida.
“La crisis actual representa un riesgo general del cuál será difícil salir si no se implementan soluciones abarcadoras y estrategias bien fundamentadas. El conocimiento y participación del sector privado serán fundamentales para complementar los esfuerzos del gobierno en la reapertura de la economía. Es momento de repensar como atenderemos las necesidades de nuestros negocios para dirigir una acción efectiva y productiva de beneficio para todos”, indicó Gustavo Vélez, economista y portavoz del grupo.
“Sería un grave error, pensar nuevamente que los fondos federales serán la tabla de salvación de Puerto Rico y su economía. El gobierno federal ha aumentado a niveles históricos su déficit y deuda, por ende, nadie puede garantizar la permanencia de los fondos federales que recibe actualmente la Isla. Hay que movernos y demostrarle al gobierno de Trump que podemos producir como el resto de los 50 estados”, agregó Vélez.
El grupo hace un llamado a que los líderes gubernamentales confíen en la capacidad de la industria privada a pensar en ideas innovadoras y ofrecer alternativas que ayuden a construir un programa de soluciones efectivas para salir airosos, que lleve a su vez, a construir una estrategia de desarrollo a largo plazo.
Esta estrategia debe estar dirigida a no depender tanto de fondos federales y buscar fuentes recurrentes de inversión y producción. Ante todo, es de vital importancia y acción urgente el viabilizar la permanencia de los 273,000 empleos de la empresa privada y los 60,000 del gobierno que están en riesgo de perderse.
La iniciativa contará con el apoyo de una campaña informativa en redes y medios principales dirigida a concienciar y levantar bandera de la relevancia que cobra el reabrir la industria privada con sus debidos protocolos para beneficio de la salud financiera de la familia puertorriqueña.