PONCE – Tras Roberto Cruz Quiñónez perder el taller de hojalatería y pintura que había levantado con mucho trabajo y sacrificio, decidió intentarlo de nuevo y volver a levantar su negocio.
El taller inicial estaba localizado en el pueblo de Peñuelas y quedó destrozado como consecuencia del huracán María.
Roberto encontró una buena oportunidad para abrir un nuevo taller en Ponce y no lo pensó dos veces.
“Alquilé un espacio y empecé a trabajar en mi taller. Sin embargo, yo tenía claro que necesitaba innovar algún concepto que me permitiera competir y resaltar”, contó.
El joven peñolano compartió su preocupación con su hermano y este le sugirió que abrieran una gomera de 24 horas los siete días.
“La idea me pareció excelente porque en el área metro existe este concepto, pero en Ponce no hay otras gomeras que estén siempre abiertas”, explicó.
Aunque Roberto acogió la idea de su hermano, seguía con la inquietud de innovar y traer un proyecto diferente para su negocio y para sus clientes. “Yo necesitaba reinventarme y traer algo nuevo”, dijo.
Fue entonces cuando el joven, pensando en las necesidades de sus clientes, decidió lanzar una gomera a domicilio. La gomera es una guagua que llega hasta los clientes y remplaza las gomas dañadas por gomas nuevas.
“Este concepto lleva un año y surgió porque la mayoría de las personas vivimos ajorados. Si alguien necesita cambiar las gomas de su vehículo y se encuentra en un pueblo del área sur, nosotros llegamos y le instalamos las gomas nuevas, hacemos cambio de aceite, trabajamos frenos y cualquier otra mecánica liviana. La otra ventaja es que la gomera móvil trabaja 24 horas”, expresó el joven empresario y añadió que también se ofrecen servicios a domicilio para camiones.
Para Roberto, su negocio tiene un gran significado y valor emocional porque es el patrimonio que piensa dejar para su familia.
“De este negocio hay muchas personas que comen. Son muchos los empleados y los suplidores que dependen de esto”, dijo Roberto antes de destacar que su gomera ofrece empleo a 10 personas.
“No ha sido fácil. Cuando uno quiere progresar tiene que sacrificarse y trabajar duro. Yo trabajo los siete días porque tengo una familia que echar hacia adelante. Tengo un nene de 14 años y una nena que está próxima a nacer y mi mayor legado es trabajar duro para ellos, para mi familia”, recalcó Roberto.
Hoy día, la gomera a domicilio ofrece servicios en los pueblos de Salinas, Santa Isabel, Coamo, Villalba, Juana Díaz, Adjuntas, Ponce, Peñuelas, Guayanilla, Yauco y Guánica.
“En la vida el que no se arriesga no gana. A veces las cosas salen y otras veces no, pero uno no se puede sentar a esperar y lamentarse de lo que pudo haber hecho y nunca hizo. La clave está en la perseverancia, en la honestidad y en el trabajo”, expresó.
Roberto Cruz Quiñónez y su gomera a domicilio son ejemplo de reinvención y sacrificio: Gente que nos impulsan a creer en nuestras ideas y a aprovechar las segundas oportunidades.