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Kroc: filántropo que dejó su huella en Guayama

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Por José A. Sanchez Fournier

redaccion@esnoticiapr.com

 

GUAYAMA – En la cultura popular estadounidense, Raymond Albert Kroc es prácticamente sinónimo de McDonald’s. Fue Kroc quien comenzando en 1961 revolucionó el mercado de restaurantes y convirtió esa empresa de comida rápida en un imperio mundial.

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Kroc, responsable del crecimiento y la expansión mundial de McDonald’s, fue un personaje interesantísimo y en 2016 parte de su historia fue llevada a la pantalla gigante en el filme The Founder, con Michael Keaton interpretando al empresario nacido en Illinois.

Pero Kroc, quien falleció en 1984, fue mucho más que un líder empresarial. Y una visita a las espaciosas y modernas facilidades que el Ejército de Salvación tiene en Guayama son muestra de que su legado va más allá de las hamburguesas.

Kroc y su esposa Joan fueron filántropos de proporciones épicas. Cuando Joan murió en 2004, donó $1.5 billones de su herencia al Ejército de Salvación, entidad cristiana fundada en Londres en 1865 y que lucha contra la pobreza alrededor del mundo.

Gracias a esa donación de los Kroc, en 2013 el Ejército de Salvación comenzó a construir el Centro Comunitario Ray & Joan Kroc en el pueblo de los Brujos, en la costa sur de Puerto Rico. Ese es uno de los numerosos proyectos financiados por la donación.

“Ellos buscaron lugares donde hicieran falta centros comunitarios y donde consiguieran el área para establecerse. La Universidad Interamericana donó los terrenos cerca de la zona industrial, en el barrio Machete, y en 2013 comenzaron la construcción del centro”, explicó recientemente Noe Vega Sánchez, quien labora para el centro, en las áreas de mercadeo y sistemas de información.

El centro ofrece un variado menú de servicios para la comunidad, desde deportes hasta música y estudios supervisados.

Nos enfocamos mucho en lo que se conoce como programas ‘after school’, dirigidos a mantener a la juventud fuera de la calle, ocupados en actividades productivas. Todos los trabajamos aquí”, agregó Vega.

“Las facilidades más frecuentadas son las piscinas. Tenemos una olímpica y una llana, para niños pequeños”, describió.

El centro también tiene un gimnasio, salones de música, aulas para tutorías y una cancha de baloncesto y voleibol. Varios de los programas, como el de natación son para niños y adultos.

El currículo además incluye clases de lucha olímpica, kickboxing, baile, teatro y canto, muy populares entre los jóvenes que frecuentan el lugar.

Actualmente el centro cuenta con 35 empleados para mantener el complejo y ofrecer servicios.

El grupo no solo es capaz de mantener las operaciones cotidianas. También pueden transformar las operaciones en momentos de emergencia, como lo hicieron tras el devastador paso del huracán María, en 2017.

“Cuando el huracán María, gracias a Dios no hubo daños aquí, más allá de una que otra filtración leve. Pero, además de ser un centro comunitario con programas deportivos y sociales, esto también es un centro de apoyo durante emergencias,” agregó Vega sobre la utilidad del centro.

“Tenemos una cocina industrial y cuando el huracán aquí se repartieron más de 100,000 almuerzos durante todo ese periodo. Estuvimos seis meses repartiendo almuerzo todos los días sin parar. Transformamos el centro en un lugar de apoyo para el manejo de emergencias”, recordó.

Caminando por el centro, se respira positivismo. El ejército de encargados del centro proyecta alegría y orgullo por el trabajo que allí se hace. Y mantienen las facilidades en muy buen estado. Y el fruto del esfuerzo que dan se puede percibir en el ánimo de los jóvenes que a diario encuentran en el centro opciones positivas de entretenimiento, aprendizaje y confraternización.