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Lanza concepto de bicicleta para vender donas

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PONCE – Glidden Torres Pacheco visualizaba abrir un pequeño negocio que le sirviera como pasatiempo y le permitiera generar un ingreso adicional. Lo que el joven desconocía es que en los momentos más difíciles, su negocio sería su principal sustento económico.

“Yo estudiaba en la Inter de Aguadilla y trabajaba en Rincón, en el hotel Rincón of the Seas. Allí comencé como housekeeping y luego me surgió una oportunidad en la cocina. Me animé a estudiar artes culinarias y el chef del hotel me ayudaba muchísimo”, contó el ponceño.

Glidden planificaba hacer un negocio de mini donas y sus compañeros en el restaurante le ayudaban con ideas y sugerencias.

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“Finalmente cogí un préstamo y me animé a ir organizando y montando mi negocio”.

Pero el paso del huracán María provocó que el poceño quedara sin empleo en el hotel y decidió lanzar su empresa de donas.

“La gente me decía que yo estaba loco. A una semana del paso del huracán, mientras los puertorriqueños salían de la Isla, yo estaba montando un negocio de donas. La acogida fue excelente. Poco a poco la gente iba probando. Tenía la ventaja de que era un espacio de food trucks y yo era el único que tenía postre. La gente iba a comer algo y terminaban con las donas”, relató.

Tras varios meses. La gerencia del hotel se comunicó con Glidden para que regresara a trabajar, pero esta vez para colaborar en la reconstruccion del hotel. “Yo trabajaba hasta las 3 de la tarde en el hotel y a las 3:30 estaba en mi negocio hasta las 10 o las 11 de la noche. Era bien sacrificado”explicó el empresario.

Glidden compró una bicicleta a un propietario de otro food truck y la arregló para convertirla en otro puesto de donas. A la gente le encantó el concepto y me empezaron a llamar para que me presentara con mi bicicleta en diferentes actividades”, indicó el  joven de 27 años.

Tras 8 años en el hotel, Glidden decidió renunciar para dedicarse a su negocio. “Fue una decisión bien difícil porque yo tengo una niña y no podía arriesgar su sustento. Lo otro era que yo tenía un trabajo estable de 40 horas a la semana, pero decidí atreverme y no me arrepiento”, expresó.

Dos años después, en medio de los terremotos que afectaron el área sur de la Isla, Glidden decidió abrir un segundo negocio, esta vez  en Ponce. “Fue bien fuerte porque me tocó estar en medio de todos esos temblores , pero igualmente la acogida fue excelente”, sostuvo.

Donut Eat Just One trabaja el concepto de mini donas con diferentes syrups como chocolate, caramelo, queso crema y bavarian cream, entre otros. Algunos de los topping son maní, almendra, coco y fresas frescas.

Hoy día Donut Eat Just One cuenta con 6 empleados y  planifican reclutar más personal ya que próximamente abrirán una tercera sucursal en el pueblo de Hatillo. Además, la empresa es contratada para participar en diferentes eventos y actividades sociales y corporativas, alrededor de la Isla.

Glidden agradece a Dios, a su papá y a los clientes porque siempre lo han apoyado. “Lo importante es ser consistentes y genuinos. Uno tiene que buscar lo que realmente le guste y trabajar muy duro; esa es la clave; atreverse y trabajar”, dijo.