Por Miguel Díaz Román
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Los tres alcaldes del Partido Nuevo Progresista (PNP) en el sur que fueron retados en las primarias realizadas el pasado domingo prevalecieron por márgenes favorables, aunque reducidos en dos casos, mientras que uno de los alcaldes obtuvo una ventaja bastante cómoda pero que no deja de levantar interrogantes.
Los incumbentes retados en la primaria fueron la alcaldesa de Ponce, María Meléndez Altieri, quien asumió la dirección del municipio en el 2008 y este año cumple 12 años en la alcaldía; el alcalde de Santa Isabel, Enrique Humberto Questell, que comenzó su gestión en el 2005 y lleva 16 años dirigiendo el municipio, y el alcalde de Adjuntas, Jaime Barlucea Maldonado, quien también lleva 16 años en la posición.
Meléndez Altieri, quien cumplirá 70 años el próximo 26 de diciembre, prevaleció con 6,832 votos a favor, frente a su retador, el excomerciante Edgar Del Toro Segarra, quien tiene 70 años, y quien obtuvo 2,979 votos.
La ventaja de la alcaldesa asciende a 3,853 votos, que es el margen de victoria más holgado de los tres alcaldes. De hecho, en la primaria del PNP en Ponce participaron 9,811 electores.
No obstante, llama la atención que, Del Toro Segarra obtuviera cerca de 3,000 votos a su favor dentro de las filas del PNP a pesar de que es una persona que no ha estado vinculado a la política activa y que no realizó una campaña intensa en los medios de comunicación y que, incluso, no utilizó para su campaña los camiones con altavoces, mejor conocidos como “tumba cocos”.
Este respaldo a un candidato cuya presencia fue casi invisible previo a la primaria, podría indicar que la candidatura de Meléndez Altieri ya sufre de fatiga y del estrago que causa la permanencia en el cargo en medio de las dificultades económicas que enfrenta la isla, de las que no ha estado exenta la ciudad de Ponce.
Debido a Ponce es la segunda ciudad del país, con un pasado en el que el municipio se destacaba por la fuerte presencia industrial y por el empuje del sector de los servicios, el actual deterioro de la actividad económica ensombrece notablemente las oportunidades de crecimiento y siembre dudas sobre la capacidad de la alcaldesa para calentar el motor económico de la ciudad.
Además, Meléndez Altieri ganó la alcaldía en tres ocasiones con la promesa de que desarrollaría la zona portuaria, una agenda que ha quedado inconclusa a pesar de los masivos gastos de fondos públicos para mejorar la infraestructura del puerto de Ponce.
El inusitado respaldo a Del Toro Segarra también sugiere que a Meléndez Altieri le espera un fuerte desafío en las próximas elecciones frente al contrincante del Partido Popular Democrático, el doctor Luis Irizarry Pabón, quien venció de manera cómoda a su retador, Rafael Zayas Colón, hijo del exalcalde Francisco Zayas Seijo.
“El rechazo hacia la mala administración de la actual alcaldesa es evidente y palpable. No queda duda de que Ponce pide y quiere un cambio transformador. A la alcaldesa ya no la quieren ni los mismos de su partido. La derrota de ella es inminente a yo estoy sosteniendo reuniones con los seguidores y amigos populares que votaron por el compañero Zayas, como los que votaron por el contrincante de Mayita. La contienda electoral para este próximo noviembre será la conclusión de lo que los ponceños merecen: un verdadero cambio de Gobierno; tanto a nivel nacional como municipal”, dijo Irizarry Pabón.
El total de votos vertidos en la primaria en Ponce para la candidatura a la alcaldía fue de 9,316.
Jaime Barlucea Maldonado, tiene 49 años, revalidó como candidato del PNP a la alcaldía de Adjuntas con 1,953 votos a su favor, frente a los 1,673 votos que obtuvo su retador, Obed Cintrón, de 51 años y cuya profesión es contador.
La ventaja de Barlucea Maldonado alcanzó apenas 280 votos, lo que representa una leve mancha en el récord de un alcalde acostumbrado a ganar por ventajas holgadas. indica que el respaldo al alcalde ha sufrido un deterioro notable en su propio partido y que podría enfrentar serias dificultades para prevalecer en las elecciones generales.
De hecho, el alcalde indicó que, según las cifras provistas por sus funcionarios electorales, su ventaja ascendía a 422 votos y no los 280 votos que reflejaba la página de la Comisión Estatal de Elecciones el miércoles 19 de agosto, cuando aún no ha concluido el escrutinio electoral.
Pero el futuro político del alcalde podría enfrentar un gran reto si prospera el referido al Departamento de Justicia y a la Oficina de Ética Gubernamental, realizado por la Oficina de Contralor de una auditoría sobre el municipio de Adjuntas y que fue informado un día después de la victoria de Barlucea Maldonado en la primaria.
El informe de auditoría revela mentiras del alcalde relacionadas con una transacción en la que, presuntamente, se malversaron fondos públicos y en la que resultó favorecida la esposa de un contratista del municipio.
En la transacción está implicada la esposa del dueño de la agencia de viajes que vendió unos pasajes al municipio, quien viajó a Europa utilizando el boleto de un estudiante que canceló su participación en el viaje realizado en 2013. Pero según la auditoría, el alcalde y la directora de Recursos Humanos del municipio sostuvieron falsamente en dos ocasiones que el estudiante participó en el viaje.
El referido obedece a que la Oficina del Contralor entiende que el alcalde y la directora de Recursos Humanos, pudieron haber cometido los delitos de falsedad ideológica, archivo de documentos o datos falsos, y posesión y traspaso de documentos falsificados y violaciones a la Ley de Ética Gubernamental.
El total de sufragios depositados en la primaria en Adjuntas fue de 3,626.
Enrique Humberto Questell, de 65 años, prevaleció en la primaria con 2,187 votos como candidato del PNP a la alcaldía de Santa Isabel, frente a su retador, Ramón A. Luna Maldonado, quien es policía, y logró el respaldo de 1,783 votos. La ventaja de Questell ascendió a 404 votos, lo que revela también una merma en el respaldo entre sus propios correligionarios y vaticina un periodo restante para las próximas elecciones. El total de votos en la primaria fue de 3,970.
Es necesario reconocer que los tres alcaldes, quienes llevan en el poder entre 12 y 16 años, les ha tocado dirigir sus pueblos durante el periodo más convulso de la historia moderna del país, con una profunda depresión económica que comenzó en el 2006 y que se agravó con los efectos devastadores del huracán María, los terremotos y el coronavirus.
Sin duda, el surgimiento de retadores desde los propios partidos de los alcaldes responde al desgaste natural que sufren los políticos que llevan mucho tiempo en el poder, pero también operan otros factores como la pobre gestión, el mal manejo de los fondos públicos, la falta de iniciativas y la incompetencia en los casos más extremos.