Por Sandra Caquías Cruz
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El biólogo y ex-encargado de custodiar el Bosque Seco de Guánica, Miguel Canals, levantó bandera por la supuesta venta de cinco cuerdas de terreno de lo que se conoce como playa Ballena, una zona protegida de la reserva natural Bosque Seco.
Canals indicó que se trata de cinco de 10 cuerdas -en tierras de Yauco- que la sucesión de una familia tenía en su poder. La supuesta venta de esas cinco cuerdas alcanzó $500,000 y la propuesta sería para construir una vivienda.
Empero, se trata de terrenos costeros que limitarían el acceso a la playa y al Bosque Seco, justo al final de la carretera que pasa frente al balneario de Cana Gorda, pero que pertenecen a Yauco.
Canals levantó dudas sobre si el que será dueño de esas tierras invertirá medio millón de dólares en un terreno para construir una vivienda, la cual necesitaría de una infraestructura para que el Gobierno pueda allegarle determinados servicios, lo que a su vez tendría un impacto en el ecosistema de esa reserva.
«Una persona que gasta medio millón de dólares para un terreno… eso no es por un capricho», dijo Canals. «Ellos están comprando la playa», señaló sobre los accesos que perdería el pueblo con esa venta.
Destacó que en ese lugar habita el sapo concho, hay una cueva y viven varias especies en peligro de extinción.
«Permitir un desarrollo en ese lugar sería una barbaridad», subrayó.
Tanto el alcalde, Ángel L. Torres Ortiz, como el de Guánica, Ismael Rodríguez Ramos, municipio donde está el acceso por carretera, se expresaron ajenos a lo que ocurre en el lugar.
El Alcalde de Yauco aseguró que no tiene ninguna propuesta para construir en ese lugar y que se trata de tierras protegidas.
«No tenemos solicitud de permisos de endosos… Nuestro plan de ordenación territorial no permite construir allí. Esas son tierras protegidas», dijo Torres Ortiz.
Explicó que, precisamente por tratarse de tierras protegidas, al municipio le prohibieron construir una carretera hasta esa playa.
Mientras, el Alcalde de Guánica coincidió en que son tierras protegidas. «Había unos terrenos en venta, pero son protegidos», dijo Rodríguez Ramos, quien se comprometió a investigar la denuncia.
Canals explicó que se trata de terrenos en los que en una ocasión hubo una propuesta para desarrollar un Club Med, en alrededor de 100 cuerdas.
Durante la negociación para la venta de esas cuerdas, propiedad de una familia identificada por el apellido Fernández, la familia determinó quedarse con 20 de esas cuerdas. El resto es parte del Bosque Seco.
Con el tiempo el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) concretó la compra de 10 de esas 20 cuerdas, pero siguieron quedando 10 cuerdas en manos de dicha familia.
Las tierras estaban a la venta por un corredor de bienes raíces de Yauco, cuyo nombre no se informó.
El DRNA hizo una oferta para adquirir ese remanente de cuerdas, pero los dueños catalogaron la oferta por debajo de la cantidad de habían pensado y la agencia estuvo imposibilitada de expropiar por tratarse de fondos que no podían ser utilizado a esos fines.
Canals dijo que eran fondos federales y no podían ser utilizado para una expropiación por lo que un residente en Nueva York se interesó en esas cinco cuerdas y supuestamente las adquirió, según explicó Canals, quien durante varias décadas tuvo en sus manos la protección del Bosque Seco.
El neoyorquino supuestamente se ha reunido con personal del DRNA y regresaría la próxima semana a continuar las negociaciones para que se le permita su propuesta.