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Madre e hija en el mundo del deporte

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Por Ana Delma Ramírez
redaccion@esnoticiapr.com

 

PONCE – La española Eva Moral, atleta, mamá y triatleta paralímpica, medallista de bronce y quien estará presente en París 2024, expresó en una ocasión: “Las mujeres deportistas estamos preparadas para seguir entrenando y creando vida a la vez.Es maravilloso”.

En Ponce se da ese fenómeno. La exbasquetbolista Mariela Pérez es la progenitora de la destacada voleibolista Raymariely Santos Pérez, quien actualmente juega en la liga profesional Pro Volleyball Federation, en el equipo Columbus Furry de Ohio e integrante de la selección nacional.

“De tal palo tal astilla”, reza el refrán. Mariela, como la conocen en el deporte, comenzó su carrera en baloncesto cuando apenas tenía 8 años y le dijo adiós a sus 30 años.

Jugó en varios quintetos, entre ellos, con las Leonas de Ponce, también con Caguas, en este último jugó con cuatro meses de embarazo de Raymarielys. Hizo una pausa en su carrera deportiva, pero regresó a las canchas.

Pasados tres años y medio nació su segunda hija Leyrimar Santos Pérez. Ya con sus dos niñas. Mariela continuó jugando y las chiquitas le acompañaron en todo ese trayecto. El parque de juegos fueron las diferentes canchas de baloncesto del país, donde también hacían sus tareas escolares y se duchaban.

“Terminado mis partidos, o las prácticas, entraban con ambas a la ducha, ya bañadas emprendíamos viaje desde Caguas a Ponce, tomar el sueño y al otro día llevarlas a la escuela”, relató la actual directora atlética del colegio bilingüe Caribbean Schools, en Ponce.

El baile, el modelaje, el baloncesto y el voleibol fue el maridaje perfecto de estas destacadas deportistas a la hora de determinar el rumbo deportivo a seguir.
Mariela en su infancia se inclinó por el ballet. Raymariely por la salsa, géneros que cambiaron por el deporte. Leyrimar, en cambio, dejó el voleibol y optó por la pasarela, concursos de belleza y el modelaje.

“Mi madre es mi inspiración siempre estuvo ahí para apoyarme, le reconozco y agradezco todos los sacrificios que superó por nosotras, aceptó mis decisiones cuando me enamoré del voleibol y determiné ser voleibolista”, dijo Raymariely, quien posee un bachillerato en Kinesiología (estudio científico del movimiento del cuerpo).

Mariela y sus hijas son ejemplo de la mujer moderna, administradoras del hogar, quienes tienen que lidiar con la presión profesional: trayectoria y vida de lo que significa ser madre inmersa en el deporte.

“Ver que mis hijas que han alcanzado todo por lo que han trabajado, completar sus sueños y ser productivas, es un regalo de alegría”, expresó Mariela, activa ahora en el deporte del tenis. Las madres influyen en el éxito de un deportista. Juegan un papel en el desarrollo de la excelencia del atleta de alto rendimiento.

Raymariely es un vivo ejemplo de ello. Participó en 2010 y 2014 en el Gran Prix Mundial de Voleibol de la FIVB. M\ide 6’ y se destaca como colocadora. Jugó en Puerto Rico, Europa, Kazakhstan y Estados Unidos.

Regresará a Puerto Rico el próximo mes). Fue la jugadora más valiosa de las Pinkin, de Corozal, de la final de la Liga de Voleibol Superior Femenino de 2022. Fueron campeonas.
La joven ha representado a Puerto Rico en la selección nacional con extraordinarios logros. Se destacó como líder y, según describe, siempre he sido muy independiente, el baloncesto deporte de mamá le encanta, pero “soy y seré de voleibol”.

No todo les ha sido fácil a lo largo de la vida. Atravesaron diversas situaciones complicadas, pero el respaldo familiar, la unión entre todas ellas, los sacrificios personales y el desafío en su historia las distinguen.