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Muchas razones para celebrar: 13 hijos, 54 nietos, 101 biznietos y 81 tataranietos

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Por Redacción Es Noticia

redaccion@esnoticiapr.com

 

Ynés María de Jesús Garay, tal vez, es la madre más longeva en Puerto Rico. Tiene 107 años, 13 hijos, 54 nietos, 101 biznietos y 81 tataranietos.

Comenzó a trabajar a la temprana edad de 13 años, en las talas de tabaco, industria de gran pujanza en Puerto Rico, donde realizaba la tarea de regar fertilizantes. Luego pasó a los ranchos a seleccionar las hojas del tabaco, siendo su último trabajo el de despalilladora.

Doña Ynés nació en 1915 en el sector Morillo, del barrio Rincón, en Cayey. Sus padres fueron Eugenio De Jesús Cartagena y Juana Garay Tirado.

Cuando tenía 10 años, sus padres se mudan al barrio Pasto Viejo donde pasó su adolescencia. La sacaron de la escuela cuando terminó el tercer grado porque sus padres entendían que las mujeres «iban a la escuela a enamorarse».

Ynés aprendió a coser con la ayuda de su mamá. Confeccionaba ropa de hombre, así como muñecas de trapo para vender. Trabajó incansablemente junto a su esposo para levantar su numerosa familia.

En su primer matrimonio procreó dos hijos: Ana y Ángel ‘Gilbert’ Alberto.

En un segundo matrimonio, con Domingo Colón Ortiz, procreó 11 hijos: Ángel Luis, Marta, Rosa María, Carmen María, Ángel Manuel (Weíco), Domingo Jr., José Antonio (Tony), Santa, Ana Lydia (Tata), José Salvador (Papo) y Guillermo y también crío dos hijastras María Concepción y Andrea.

A esa numerosa familia, con el pasar de los años, se fueron incorporando 54 nietos, 101 biznietos, 81 tataranietos y un chozno que viene en camino.

«Son muchas las cosas que se pueden decir de Ynés, pero como mejor la podemos describir es con su más conocido refrán y amado por todos: “soy chiquita, pero mando y voy”; el cual le repite a todos hoy en día», expresó la nieta, Yaideliz Rodríguez.

«Hoy vienen a nuestra memoria aquel enorme caldero de arroz que solía cocinar, donde no tan solo comían sus hijos, sino raimundo y todo el mundo. Es que el corazón de Ynés es tan grande que nunca ha tenido nada suyo sino de todo aquel que lo necesite», rememoró su nieta.

«Dios ha bendecido nuestros días con su amor, su cariño y con su luz. Ha sido en nuestras vidas, una hermosa bendición. Le damos gracias al Señor por el privilegio que nos ha dado de ser su familia y de tenerla con nosotros a sus 107 años», dijo.

Para el alcalde de la ciudad, Rolando Ortiz Velázquez, «Doña Ynés es uno de los luminosos ejemplos de las madres cayeyanas que hacen lo posible, y también lo imposible, por el bienestar de sus hijos y sus familias. La felicitamos por esta larga vida, fructífera y llena de amor y servicio a los demás».

«Dios bendiga a Doña Ynés, pues ha sido buena madre, abuela, bisabuela, tatarabuela, hermana y vecina. En fin, un ser humano ejemplar», expresó.