Por Redacción Es Noticia
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El papa emérito Benedicto XVI, de 95 años falleció hoy 31 de diciembre en el Monasterio Mater Ecclesiae, en el Vaticano, lugar que había elegido residencia tras renunciar al ministerio petrino en 2013.
“Con pesar doy a conocer que el Papa emérito Benedicto XVI ha fallecido hoy a las 9:34 horas en el Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano. Apenas sea posible se proporcionará más información”, informó el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, donde dio a conocer el deceso.
El jueves 5 de enero, a las 9:30 hora del Vaticano, celebrarán el funeral en la Plaza de San Pedro. El Papa Francisco presidirá el rito de las exequias.
Bruni también informó de que Benedicto recibió la Unción de los Enfermos el pasado miércoles al final de la Misa en el Monasterio y en presencia de las Memores Domini, que lo asistían diariamente desde hace años. Antes de su muerte, el Papa emérito pidió que todo estuviera marcado por la sencillez, una cualidad con la que él vivió.
Hace varias semanas, la salud del Papa emérito había ido empeorando debido al avance de la edad, según informó el Vaticano.
El propio Papa Francisco había querido compartir públicamente la noticia sobre el empeoramiento del estado de salud de su predecesor al final de la última audiencia general del año, el pasado 28 de diciembre, cuando invitó a rezar por el Papa emérito, «muy enfermo», para que el Señor le consuele y le sostenga «en este testimonio de amor a la Iglesia hasta el final».
“Muy pronto me presentaré ante el juez definitivo de mi vida. Aunque pueda tener muchos motivos de temor y miedo cuando miro hacia atrás en mi larga vida, me siento, sin embargo, feliz porque creo firmemente que el Señor no solo es el juez justo, sino también el amigo y el hermano que ya padeció Él mismo mis deficiencias y por eso, como juez, es también mi abogado. En vista de la hora del juicio, la gracia de ser cristiano se hace evidente para mí», escribió Benedicto XVI en su última carta, fechada el pasado 6 de febrero.
Joseph Ratzinger, quien se convirtió en el Papa Benedicto XVI, nació en Marktl am Inn, diócesis de Passau (Alemania), el 16 de abril de 1927 (Sábado Santo), y fue bautizado ese mismo día.
Su padre provenía de una antigua familia de agricultores de la Baja Baviera, de condiciones económicas más bien modestas. Su madre era hija de artesanos de Rimsting, en el lago Chiem, y antes de casarse trabajó de cocinera en varios hoteles.
El que más tarde se convirtió en el Papa Benedicto, pasó su infancia y su adolescencia en Traunstein, una pequeña localidad cerca de la frontera con Austria, donde recibió su formación cristiana, humana y cultural.
El período de su juventud afrontó la experiencia de las hostilidades del régimen nazi contra la Iglesia católica. El joven Joseph vio cómo los nazis golpeaban al párroco antes de la celebración de la misa.
En los últimos meses de la segunda guerra mundial fue enrolado en los servicios auxiliares antiaéreos.
De 1946 a 1951 estudió filosofía y teología en la Escuela superior de filosofía y teología de Freising y en la universidad de Munich.
Recibió la ordenación sacerdotal el 29 de junio de 1951. Un año después, inició su actividad de profesor en la Escuela superior de Freising.
En el año 1953 se doctoró en teología con la tesis: «Pueblo y casa de Dios en la doctrina de la Iglesia de san Agustín».
De 1962 a 1965 dio una notable contribución al concilio Vaticano II como «experto»; acudió como consultor teológico del cardenal Joseph Frings, arzobispo de Colonia. Su intensa actividad científica lo llevó a desempeñar importantes cargos al servicio de la Conferencia episcopal alemana y en la Comisión teológica internacional.
En 1972, juntamente con Hans Urs von Balthasar, Henri de Lubac y otros grandes teólogos, inició la revista de teología «Communio».
El 25 de marzo de 1977, el Papa Pablo VI lo nombró arzobispo de Munich y Freising. El 28 de mayo sucesivo recibió la consagración episcopal. Fue el primer sacerdote diocesano, después de 80 años, que asumió el gobierno pastoral de la gran archidiócesis bávara. Escogió como lema episcopal: «Colaborador de la verdad». Él mismo explicó: «Por un lado, me parecía que esa era la relación entre mi tarea previa como profesor y mi nueva misión. A pesar de los diferentes modos, lo que estaba en juego y seguía estándolo era seguir la verdad, estar a su servicio. Y, por otro, escogí ese lema porque en el mundo de hoy el tema de la verdad se omite casi totalmente, pues parece algo demasiado grande para el hombre y, sin embargo, todo se desmorona si falta la verdad».
Pablo VI lo creó cardenal, del título presbiteral de Santa María de la Consolación en Tiburtino, en el consistorio del 27 de junio de ese mismo año.
En 1978 participó en el Cónclave, celebrado del 25 al 26 de agosto, que eligió a Juan Pablo I, el cual lo nombró enviado especial suyo al III Congreso mariológico internacional, celebrado en Guayaquil (Ecuador), del 16 al 24 de septiembre. En el mes de octubre de ese mismo año participó también en el Cónclave que eligió a Juan Pablo II.
Actuó de relator en la V Asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos, celebrada en 1980, sobre el tema: «Misión de la familia cristiana en el mundo contemporáneo», y presidente delegado de la VI Asamblea general ordinaria, celebrada en 1983, sobre «La reconciliación y la penitencia en la misión de la Iglesia».
Juan Pablo II lo nombró prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe, y presidente de la Pontificia Comisión bíblica y de la Comisión teológica internacional el 25 de noviembre de 1981. El 15 de febrero de 1982 renunció al gobierno pastoral de la arquidiócesis de Munich y Freising. Lo elevó al orden de los obispos, asignándole la sede suburbicaria de Velletri-Segni, el 5 de abril de 1993.
Fue presidente de la comisión para la preparación del Catecismo de la Iglesia católica, que, después de seis años de trabajo (1986-1992), presentó al Santo Padre el nuevo Catecismo.
El Santo Padre, el 6 de noviembre de 1998, aprobó la elección del cardenal Ratzinger como vicedecano del Colegio cardenalicio, realizada por los cardenales del orden de los obispos. Y el 30 de noviembre de 2002, aprobó su elección como decano; con dicho cargo le fue asignada, además, la sede suburbicaria de Ostia.
Entre sus numerosas publicaciones ocupa un lugar destacado el libro: «Introducción al Cristianismo», recopilación de lecciones universitarias publicadas en 1968 sobre la profesión de fe apostólica; «Dogma y revelación» (1973), antología de ensayos, predicaciones y reflexiones, dedicadas a la pastoral.
Obtuvo gran resonancia el discurso que pronunció ante la Academia católica bávara sobre el tema «¿Por qué sigo aún en la Iglesia?», en el que, con su habitual claridad, afirmó: «Sólo en la Iglesia es posible ser cristiano y no al lado de la Iglesia».
La serie de sus publicaciones prosiguió abundante en el decurso de los años, constituyendo un punto de referencia para muchas personas, especialmente para los que querían profundizar en el estudio de la teología. En 1985 publicó el libro-entrevista «Informe sobre la fe» y, en 1996, «La sal de la tierra». Asimismo, con ocasión de su 70° cumpleaños, se publicó el libro: «En la escuela de la verdad», en el que varios autores ilustran diversos aspectos de su personalidad y su obra.
Ha recibido numerosos doctorados «honoris causa» por el College of St. Thomas in St. Paul (Minnesota, Estados Unidos), en 1984; por la Universidad católica de Eichstätt, en 1985; por la Universidad católica de Lima, en 1986; por la Universidad católica de Lublin, en 1988; por la Universidad de Navarra (Pamplona, España), en 1998; por la Libre Universidad María Santísima Asunta (LUMSA) Roma, en 1999; por la Facultad de teología de la Universidad de Wroclaw (Polonia) en 2000.