(Una de varias historias con motivo del Día de la Mujer.)
Por Sandra Caquías Cruz
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PEÑUELAS – El reloj apenas marca las 4:00 de la mañana cuando Julia Milagros Ruiz Acosta comienza a caminar las calles del centro urbano peñolano. Una escoba y un recogedor son sus herramientas de trabajo en la ardua tarea de barrer.
El trabajo de Ruiz Acosta durante los pasados 22 años ha sido mantener limpias las calles del centro urbano de Peñuelas. Ella es la única fémina en la brigada de ornato que tiene este municipio.
Ruiz Acosta no solo barre las calles, también pasa el ‘trimmer’ y acondiciona áreas verdes en busca mantener reluciente el ‘Valle de los Flamboyanes’.
“Me gusta el trabajo que hago. No me escondo para decirlo. Lo hago con amor”, expresó la mujer de 54 años que comienza su tarea en la oscuridad de la madrugada.
Narró que de niña acompañaba a su mamá a limpiar la escuela donde trabajaba como conserje. La ayudaba a pasar un paño en las pizarras, barrer los salones y limpiar los baños.
Ruiz Acosta se casó a los 17 años. Nunca terminó la escuela superior. Tuvo cinco hijos y se dedicó a criarlos hasta que consiguió un trabajo en Obras Públicas municipales. Inició en una brigada que limpiaba las facilidades deportivas.
“No me arrepiento de no terminar la escuela. Tuve una familia, mis cinco hijos y ahora tengo mis (10) nietos”, destacó la mujer que reconoce que se acuesta a dormir entre 6:00 y 7:00 pm. para levantarse a las 3:00 y salir a trabajar antes de las 4:00 am.
¿Qué es lo más difícil que haces?
“Nada. Todo lo que hago me gusta”, aseguró.
No obstante, más tarde explicó que, sin importar si hace frío o calor, se cubre el cuerpo, en especial el rostro, con una camiseta para evitar la exposición al sol y los efectos que eso puede causarle. También acostumbra usar una gorra.
Explicó que sale del trabajo a las 12 del mediodía, pero tras los terremotos trabaja dos horas adicionales en el área del campamento de refugiados a la espera de que en algún momento le reembolsen por esa labor. “Dicen que FEMA va a pagar; vamos a ver”, comentó sobre esas horas extras.
Narró que en la tarde regresa a realizar las tareas domésticas en su casa y atender a su esposo que desarrolló una condición de salud y se acogió al retiro.
Ella es la única que trabaja en ese hogar. Tres de los cinco hijos viven en los Estados Unidos. Los otros dos no viven en Peñuelas.
¿Qué te gustaría hacer?
“Ser jefe”, respondió sin pensarlo dos veces. “Me gustaría tener la experiencia de ser jefe”, dijo.