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Nueva realidad llega a refugios del suroeste

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Por Miguel Díaz Román

redaccion@esnoticiapr.com

 

Aunque el gobierno ha identificado 318 escuelas y otras facilidades que servirán de refugios en toda la isla, que permitirían alojar 82,000 personas, las medidas de distanciamiento social que se deberán observar en los refugios para evitar la dispersión del coronavirus requerirán reducir a 41,000 la cantidad de personas que podrían acoger en los refugios, reveló el general José Burgos, excomisionado del Negociado de Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (NMEAD).

En una entrevista con Es Noticia realizada el pasado martes, cuando todavía Burgos era el director de la NMEAD, el entonces funcionario sostuvo que los 41,000 refugiados es una cantidad aceptable debido a que, durante la más reciente catástrofe, causada por el huracán María, se registraron 15,000 refugiados.

Burgos renunció a su cargo el pasado martes. En la entrevista el entonces director del NMAED reveló que las personas que se encuentren alojados en refugios deberán cumplir con un estricto protocolo ordenado por el Departamento de Salud para evitar los contagios con el coronavirus, que los obligará a permanecer sin libertad de movimiento en el lugar que se le asigne.

Las medidas serán tan estrictas que los refugios contarán con un grupo de “runners” o “corredores”, cuya responsabilidad será llevar a los lugares asignados a los refugiados, las tres comidas que se le servirán diariamente. Burgos dijo que, para controlar el coronavirus, el protocolo de Salud eliminó la asistencia de los refugiados a los comedores escolares, en caso de que el refugio sea una escuela.

“La gente va a comer en el lugar que se le asignó. Para evitar los contagios la gente no va a tener la oportunidad de estar caminando por los salones de los refugios.  Habrá vigilancia de parte de un personal cuya responsabilidad será hacer respetar el distanciamiento social y evitar la aglomeración de personas”, dijo Burgos.

Agregó que los “runners” y el personal de seguridad pertenecen a empresas privadas que ofrecerán estos servicios en los refugios y que son contratadas por la Administración de Vivienda Pública. Indicó que el personal de las empresas privadas recibió recientemente un adiestramiento virtual que les ofreció el Departamento de Salud, sobre cómo serán las normas dentro de los refugios en tiempos de coronavirus.

William Rodríguez, administrador de Vivienda Pública, que es la agencia que tiene a cargo los refugios, dijo que en aquellas instalaciones que no sean escuelas y que hayan sido certificadas como refugios, recibirán las tres comidas diarias de unas cocinas satélites en las que se elaborarán los alimentos.  Sostuvo que los alimentos serán provistos por los seis almacenes del Departamento de Educación, que poseen capacidad para albergar alimentos para preparar tres comidas diarias para 200,000 personas durante 30 días.

Rodríguez dijo que, a su llegada a los refugios, a las personas se les tomará la temperatura y se les proveerá mascarillas, toallas sanitarias, guantes y detergentes para lavar sus manos. También se establecerá en cada refugio un área de aislamiento para llevar a las personas que presenten síntomas del virus, antes de que se les pueda trasladar a un hospital.

Burgos también indicó que en los refugios habrá personal de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA), que estarán listos para atender el estado emocional de los refugiados, especialmente en el suroeste, donde la combinación de la actividad sísmica, el coronavirus y la posibilidad de un huracán podrían generar altos niveles de ansiedad, estrés y otros síntomas relacionados con la depresión por pérdida del hogar o revivir experiencias pasadas.

Burgos añadió que los ciudadanos deberán preparar con antelación una mochila para salir de su hogar en el momento que necesario a causa de un huracán o de un temblor. En la mochila deberán tener sus documentos personales, recetas, licencias, medicinas, jabón limpiador de manos, mascarillas, guantes, baterías, un cargador solar para su celular, y un pito, para llamar la atención de los rescatadores en caso de un evento catastrófico mayor.