Por Sandra Caquías Cruz
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Unos 16 residentes del montañoso pueblo de Adjuntas accedieron a ocupar la escuela superior Rafel Aparicio como refugio a la espera del paso de la tormenta Fiona, informó el alcalde José Hiram Soto Rivera.
El Alcalde explicó que muchas de estas personas residen en estructuras frágiles o en áreas vulnerables a deslizamiento de tierra por lo que los convencieron a que se refugiaran en el plantel a pasar la tempestad.
Una de las preocupaciones de Soto Rivera, según destacó, es la sobreconfianza de algunos residentes de sectores vulnerables a deslizamiento o personas que viven en estructuras frágiles y no quieren acudir a un refugio.
«Hay mucha sobreconfianza y eso me preocupa», dijo. Esa sobreconfianza, en caso de una emergencia, expone al peligro tanto a esas familias como a los respondedores.
Otra preocupación en Adjuntas son los agricultores. El Alcalde destacó que «en esta cosecha se proyectaba una recuperación grande para los caficultores».
Explicó que en la agricultura también estaría en jaque, esto con fuertes vientos, los cultivos de plátanos y guineos.
Por otro lado, informó que la carretera PR-123, en la colindancia de Adjuntas y Ponce, fue cerrada debido a un deslizamiento que auguran podría aumentar con fuertes lluvias.
Mientras, abonados de los barrios Yayales, Vacas Saltillo y Juan González están sin servicio de la energía eléctrica, aunque solo el de Juan González aparece en la página de LUMA como lugares con interrupción del servicio.
Explicó que la interrupción del servicio eléctrico acarrea que las familias tampoco reciban agua potable porque la Autoridad de Acueductos y Alcantarillado no tiene generadores de electricidad en sus plantas de bombeo aunque le dijo que las tenían disponible, y de ser necesario, se las suplirían.
