Entre los síntomas más comunes de la hipertensión están el dolor de cabeza, dolor en el pecho, fatiga, sudoración excesiva, y visión borrosa.
La hipertensión, a menudo llamada ‘enfermedad silenciosa’, puede no presentar síntomas evidentes, lo que dificulta su detección temprana. Sin un tratamiento adecuado, puede llevar a serios problemas de salud como accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal, aneurismas y problemas visuales.
El Dr. Juan Vélez, médico de familia, enfatiza la importancia de monitorear los niveles de presión arterial: “muchos pacientes tienen hipertensión sin presentar síntomas. Es crucial mantener una buena comunicación con el médico primario para un control adecuado”.
Entre los síntomas más comunes de la hipertensión están el dolor de cabeza, dolor en el pecho, fatiga, sudoración excesiva, y visión borrosa. Vélez también señala que la obesidad y una dieta alta en sodio son factores de riesgo significativos.
“Una dieta rica en sodio, junto con predisposiciones genéticas, puede contribuir al desarrollo de hipertensión. Además, condiciones preexistentes como enfermedades cardiovasculares y diabetes también están relacionadas con la hipertensión”.
La hipertensión puede causar daños graves si no se trata. Los pacientes con presión alta a menudo llegan a emergencias con complicaciones serias como fallo renal o infartos. “Es vital diagnosticar y manejar la hipertensión antes de que evolucione a condiciones críticas”, advierte Vélez.
Además de la hipertensión, otras enfermedades crónicas prevalentes en Puerto Rico incluyen diabetes tipo 2, hipotiroidismo y colesterol alto. Los síntomas de la diabetes tipo 2 incluyen sed excesiva, hambre persistente y frecuencia urinaria alta, especialmente nocturna. Para confirmar la diabetes, es necesario realizar pruebas de laboratorio.
El colesterol alto, aunque a veces asintomático, puede agravarse con una dieta inadecuada o predisposición genética. “La dieta es importante, pero también la genética y la obesidad juegan un papel crucial. Es esencial monitorear y manejar estos factores para prevenir problemas cardiovasculares”, explica el médico de familia.
La prevención es clave. Vélez sugiere adoptar prácticas de medicina preventiva para reducir el riesgo de enfermedades crónicas. “Mantenerse activo durante al menos 30 minutos, tres veces a la semana, es fundamental para la salud cardiovascular y el manejo metabólico. Combatir la obesidad y llevar un estilo de vida saludable son pasos importantes hacia la prevención”.
En resumen, el monitoreo regular, la comunicación con profesionales de salud, y un estilo de vida saludable son esenciales para la prevención y manejo de enfermedades crónicas. La medicina preventiva puede marcar la diferencia en la salud a largo plazo.
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Por Centro Médico Episcopal San Lucas