Por Miguel Díaz Román
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Ya sea con un Coquito, un palito de Pitorro, una Cuba Libre o una cervecita, nuevamente en Navidad se manifestará la legendaria predilección de los puertorriqueños por las bebidas alcohólicas, de la misma manera como a lo largo del año el consumo de bebidas es parte indispensable de la vida social del país.
A nadie en Puerto Rico le resulta extraño celebrar con un “palito” los éxitos, los romances, las fiestas y hasta los fracasos. Cualquier excusa es buena para salir con familiares o amigos a beberse unas cervecitas y pasarla bien.
Y esa predilección por “el palo” tiene cifras reveladoras: en los doce meses que comprenden entre octubre del 2018 y octubre del presente año, el consumo total de bebidas alcohólicas ascendió a $1,071 millones. Esta cifra representa un incremento de $88 millones en relación con el consumo total hasta octubre del 2018, que fue de $983 millones.
A su vez, la cerveza despunta como la bebida predilecta del consumidor puertorriqueño, pues representa el 75 % del universo total de consumo en el 2019. Hasta octubre pasado el consumidor local destino $808 millones en la compra de cervezas, lo que representó un aumento de 7.7% o $57.7 millones más, en relación con el consumo acumulado hasta octubre del 2018, cuando se habían destinado a la compra de cervezas $750.3 millones.
“Puerto Rico es un mercado cervecero. Somos cerveceros, ya sea porque estamos en el trópico y el calor es un factor importante. En Puerto Rico hay muchas actividades y tenemos playas. Además, la cerveza es un producto que se anuncia mucho y lo que se anuncia se vende”, sostiene Héctor Luna, director comercial de la empresa de estudios e investigación de mercados, IRI Worldwide Puerto Rico.
Luna sostuvo que la preferencia del puertorriqueño por la cerveza puede obedecer a la accesibilidad de su precio y a su rendimiento. “Con un $1 o un poco más te puedes comprar una cerveza de 12 onzas. Si prefieres un “six pack” lo puedes conseguir a precio muy económico y te permite conversar y beber sin terminar noqueado. Te puedes beber seis cervezas y te mantienes lucido. No pasa igual si te das cuatro tragos de ron o vodka. Ese factor de precio y el rendimiento del producto sin que pierdas el control es bien importante para explicar la preferencia del consumidor local por la cerveza”, sostuvo Luna.
El ejecutivo explicó que el precio accesible de la cerveza propicia la camaradería y las relaciones saludables entre compañeros de trabajo, e incluso entre gente desconocida. “Es bien común que lleguen tres o cuatro personas a un negocio y cada uno paga un “round”. Así cada uno de ellos se toman cuatro cervezas sin lastimar mucho el bolsillo”, observó Luna.
Lo estudios del mercado de IRI Worldwide Puerto Rico abarcan el 85 % de los establecimientos que venden bebidas alcohólicas en Puerto Rico, incluyendo supermercados, colmados, barras, panaderías, gasolineras, farmacias, cafeterías y tiendas por departamentos. “Hay un grupo de establecimientos que no desean compartir su información por razones de estrategia”, sostuvo Luna, cuya empresa trabaja muy de cerca la Cámara de Mercadeo, Industria y Distribución de Alimentos, que representa a la gran mayoría de los comercios que venden bebidas en Puerto Rico.
Indicó que la región donde más se venden las cervezas es la de San Juan con 34 % del consumo total, seguido por la región de Caguas, con 20 %. Luna explicó que ambos porcentajes reflejan la concentración poblacional que existe en ambas regiones y el continuo flujo de ciudadanos procedentes de los pueblos vecinos, hacia la ciudad capital. En el tercer lugar se encuentra Mayagüez con 17 % del consumo total. Finalmente, las regiones de Ponce y Arecibo se disputan el cuarto lugar con 15 % del consumo cada una de ellas.
Luna añadió que de los $808 millones del consumo total de cerveza, existe un 2 % o $16.6 millones, que corresponde al consumo de las cervezas artesanales, tanto nativas como importadas. “El renglón de las cervezas artesanales está en pleno crecimiento. Es un mercado muy particular porque el consumidor de ese producto le gusta probar sus sabores diferentes y fuertes o melosos, con el propósito de disfrutarlas, pero no acostumbran beber tanto como ocurre en el renglón de las cervezas tradicionales. Es un nicho pequeño en el que han entrado muchas cervezas a competir, lo que limita la oportunidad de crecimiento de esas marcas. Y como son tantas el consumidor encuentra una gran variedad”, señaló Luna.
Otro aspecto de las cervezas artesanales es que su nivel de alcohol supera el 8 % en cada cerveza, mientras las cervezas tradicionales no superan el 6 % de alcohol. Otra característica singular de las cervezas artesanales es que su precio oscila entre $2 y $3 por cerveza. “La gente gusta de probar varias de esas cervezas. No es una cerveza para emborracharse. Es para tomar tres y ya”, indicó Luna.
Según los estudios de Mercado de IRI Worldwide, la cerveza Medalla es la preferida del consumidor puertorriqueño, pues domina el 30 % de las ventas totales. Medalla es un producto local que, además del precio accesible, ofrece frescura pues se elabora en Mayagüez.
Un poco atrás de Medalla le siguen las cervezas importadas Bush Light y Coors, que hasta octubre pasado dominaban el 20 % y el 19 % del mercado respectivamente. Según explico Luna, ambas cervezas mantienen una fuerte competencia para conservar su segmento del mercado. “Ambas están ahí, en un momento Coors está al frente y luego los está Bush Light”, dijo Luna.
En el tercer lugar se encuentra la cerveza Heineken con el 13 % del mercado. En un distante cuarto lugar esta la cerveza importada Corona, que mantiene el 4 % del mercado. Entre las cervezas de menor consumo figuran Michelob y una variedad de marcas mexicanas, italianas, españolas y hasta japonesas, que aún no han logrado cautivar el paladar del consumidor puertorriqueño.
El renglón de los licores destilados representa la segunda gran preferencia del consumidor puertorriqueño con $146.6 millones en ventas hasta octubre del presente año, lo que representa el 14 % del mercado total de bebidas alcohólicas. En el segmento de los destilados existe una amplia variedad de licores y de marcas, aunque los preferidos son el ron, el wisky y la vodka.
A su vez, las ventas hasta octubre reflejaron un alza de 10. 7 % o $14.2 millones, en relación con las ventas hasta octubre del 2018, que totalizaron $132.4 millones. En el renglón de los destilados se encuentran marcas de prestigio como Don Q, Bacardi, Palo Viejo, Finlandia, Cutty Sark, White Label y nuevos jugadores como la vodka Tito.