Por Dr. Eduardo Colón – Médico internista
Centro Médico Episcopal San Lucas en Ponce
La diabetes tipo 2 está caracterizada por una combinación de resistencia a la insulina y un defecto de las células que secretan insulina en el páncreas, conocidas como las células beta. Ya que los síntomas son sutiles, el tiempo de diagnóstico puede tardar más de lo común y crear complicaciones como la enfermedad cardiaca y la enfermedad periferovascular. Muchos de los pacientes con diabetes tipo 2 son obesos, o al menos tienen obesidad abdominal.
Algunos hallazgos característicos en personas con diabetes descontrolada por un periodo largo incluyen: exceso de producción de orina, sed insaciable, hambre incontrolable, enfermedad de los riñones, cardiaca y neuropatía periferal.
Se recomienda hacer pruebas de cernimiento de diabetes tipo 2 a toda persona entre 35 a 70 años que se encuentran sobrepeso u obesos. Podemos realizar prueba de azúcar en ayuno, hemoglobina a1c o hemoglobina glicosilada, o la prueba de la tolerancia a la glucosa 2 horas luego de ingerirla. Si dos de estas pruebas son realizadas simultáneamente y dan resultados anormales, se debe diagnosticar la diabetes.
Existe también la prediabetes y es cuando los niveles de glucosa en sangre en ayuna están entre 100 a 125, la hemoglobina glicosilada entre 5.7 a 6.4 y en la prueba de tolerancia a la glucosa, la glucosa se encuentra en niveles entre 140 a 199. Las personas con diabetes las diagnosticamos cuando los niveles de azúcar en ayuno se encuentran en o mayor a 126, la hemoglobina glicosilada es 6.5 o mayor y en la prueba oral de tolerancia a la glucosa los niveles están en 200 o mayor a ese valor.
Las mujeres con historial de diabetes gestacional deben ser verificadas al menos cada 3 años, y las personas con prediabetes anualmente por el alto riesgo a desarrollar diabetes en un futuro. Hay medicamentos como la metformina que disminuyen los riesgos de diabetes en pacientes con prediabetes, aunque la intervención en los cambios en estilo de vida debería ser lo ideal. Debemos recurrir a un tratamiento intensivo que conlleve dieta, ejercicio y pérdida de peso en pacientes con prediabetes o con diabetes tipo 2.
Otros de los tratamientos podrían ser la cirugía bariátrica, que debe ser considerada en pacientes con obesidad concomitante a la diabetes tipo 2.
La metformina es el medicamento de primera línea en pacientes con diabetes tipo 2. Hay medicamentos nuevos que se les conoce como GLP-1 (el semaglutide (Ozempic) o tirzepatide (Mounjaro)) que además de controlar los niveles de glucosa pueden ayudar a bajar de peso a pacientes con sobrepeso y obesos.
Debemos realizar pruebas de rutina en pacientes diabéticos para monitorear manifestaciones en otros órganos. La examinación comprensiva del ojo para retinopatía se debe realizar anualmente. Además, debemos realizar estudios para verificar la función renal, y enfermedad cardiovascular verificando panel de lípidos o colesterol, presiones arteriales y niveles de creatinina y albumina.
Por último, es importante verificar por signos de neuropatía realizando pruebas específicas en las extremidades del paciente, verificando los pulsos en el área de los pies y los reflejos en el área del tobillo. Todas estas pruebas deben ser realizadas al momento del diagnóstico de la condición y repetirse anualmente.