Por Ana Delma Ramírez
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PONCE – Ponce contó con el privilegio de unirse a la celebración del Día de Roberto Clemente Walker, en Las Grandes Ligas, un homenaje para recordar al virtuoso pelotero, quien falleció en un accidente aéreo el 31 de diciembre de 1972.
La Librería El Candil, donde se celebró la actividad el pasado 15 de septiembre, atrajo a decenas de sureños aficionados del béisbol y la “Clemente-manía”, quienes llegaron ataviados con ropa alusiva al número 21.
La familia inmediata de Clemente presentó la más reciente publicación el libro: “Memorias de Triunfo Justino Clemente Walker hermano del 21”, relatada por el hermano mayor de Roberto, de 96 años y redactadas por su hija Jannette Clemente Santana.
El matrimonio de Ivonne González y Junior ‘Mayagüez’ Acosta, de Guayanilla, explicaron que “en el libro hay anécdotas y aspectos que desconocíamos. Nos enteramos de cómo fue la infancia de Clemente, su vida íntima contada por su hermano”.
La familia Camacho Casiano, de Guánica, quienes asistieron a la presentación, dijeron que llevan cinco años coleccionando memorabilia y libros sobre el astro boricua. “No podíamos perder esta oportunidad”, expresaron.
Ada Ramona Miranda y su esposo Gerson Pérez, vecinos de Salinas, fueron otros que se dieron cita a la convocatoria para unirse a la Celebración del Día de Roberto Clemente. “Hemos leído varios libros sobre Clemente y se me pararon los pelos cuando leí ‘En el Cielo lo que se Juega es Béisbol’, una novela biográfica basada en hechos reales del pelotero”, describió Ada.
Y como estas personas, decenas de fanáticos rindieron su homenaje en tan memorable fecha, agradecidos de que la familia de Clemente viajara de Carolina a Ponce, para compartir relatos, hechos y agendas futuras sobre la vida y obra del eterno humanista.
El historiador y escritor de temas del béisbol y comentarista deportivo de Salinas, Jossie Alvarado, hizo la presentación del libro ‘Memorias de Triunfo’, un trabajo de relatos vívidos de don Justino Clemente Walker, hermano mayor de Roberto, quien fue el ejemplo a seguir, su consultor y arquitecto del resultado prometedor que exhibió Roberto.
Alvarado presentó una serie de datos deportivos sobre Clemente “desde 2002, las Grandes Ligas instauraron el Día de Roberto Clemente como preámbulo al mes de la Herencia Hispana. Desde entonces los peloteros que deseen pueden usar el número 21 en sus uniformes” dijo. En Puerto Rico es frecuente observar personas con gorras que llevan el 21 y vestimentas alusivas al ícono del beisbol.
Jossie dio la primicia: “Para el tercer juego de la Serie Mundial de Béisbol, se estará otorgando el Premio Roberto Clemente a un pelotero que sobresalga dentro y fuera del terreno de juego”, anunció.
“Clemente en los últimos años que jugó, tuvo 339 promedio de bateo superando a grandes estrellas del béisbol, no hay un bateador que le supere”, expresó Alvarado.
Fernando González, residente en Arecibo, el último pelotero que sobrevive, de los que jugaron con Roberto en el equipo de los Piratas de Pittsburgh, ofreció una serie de anécdotas sobre su convivencia con Clemente.
“Llegaba varias horas antes de los partidos, se ponía a trabajar. Era reconocido por todos. Tenía una inteligencia especial para jugar. Me ayudó mucho”, dijo antes de que la emoción lo traicionara para poder continuar hablando del pelotero.
González explicó que al presentarse al estadio no le habían dado sus uniformes, hacía mucho frío, Clemente se percató y le preguntó ¿Dónde está tu uniforme? Y éste le respondió que no se lo habían provisto. “De inmediato Roberto fue donde el que nos vestía y le ordenó que los buscara”, recordó de aquel hecho.
También recordó que ese dato evidenció el liderazgo que Roberto tenía y la empatía con sus pares. “Aprendí mucho de él. Era algo grande. Me prestaba atención. Estaba jugando al lado del campeón del mundo, pues Pittsburgh fue campeón en 1971 y llegué al equipo en 1972”, relató.
Pichy Villanueva, un lanzador boricua que estuvo con Clemente en uno de sus últimos encuentros en la isla, narró a la audiencia sobre el cuadrangular que el astro le conectó.
En general, esta velada especial con la familia más cercana de Roberto Clemente atrajo el interés de la leal fanaticada del pelotero.
A raíz de la prematura muerte de Roberto Clemente, su hermano quedó en una tristeza profunda que duró hasta el 2017, cuando por gestiones de Roberto Alomar viajó con toda la familia al Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown, donde pudieron palpar la placa en honor a Clemente. Ese viaje logró que “Pito” superara su ánimo y regresaran las pláticas sobre la vida íntima de Roberto, ahora plasmada en este libro.