Por Nydia Bauzá
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PONCE – En 2023 Annette Gaya Concepción acudió al tribunal con una querella de violencia machista contra su pareja, pero no quiso continuar con el proceso. El pasado 9 de noviembre, en un acto vil, el cuerpo sin vida de la joven de 37 años fue descubierto en el interior de una maleta negra abandonada frente a una escuela en la carretera 333, en Guánica. Había sido estrangulada por su pareja, Omar Vega Ayala.
Según los datos recopilados por la Policía, Annette vivía en el Residencial Luis Muñoz Rivera, en Guánica. Le sobreviven cuatro hijos de una relación anterior. El brutal feminicidio demuestra como la violencia de género se esparce y se manifiesta de formas abominables.
“En este caso de Guánica vemos como se desecha el cuerpo de una mujer en una maleta, vemos la cosificación de los cuerpos de las mujeres. Como si la mujer no valiera nada tiran el cuerpo en la calle a la luz del día. Es crítica la situación”, denunció la directora ejecutiva del Observatorio de Equidad de Género (OEG), Stephanie Figueroa Figueroa.
En entrevista con Es Noticia, Figueroa reveló que en el área sur, al igual que en el resto de Puerto Rico, los feminicidios y la violencia de género mantienen un alza sostenida, mientras algunas organizaciones que trabajan a favor de los derechos de las mujeres reclaman que se vuelva a decretar un estado de emergencia por violencia de género en Puerto Rico y abogan por una política pública clara para atajar el grave problema que sigue en aumento.
La Trabajadora Social dijo que, en lo que va de 2024, el OEG ha contabilizado 80 feminicidios en Puerto Rico y el 12% se ha reportado en municipios del sur.
Figueroa detalló que este año se han registrado 20 feminicidios íntimos (ocurridos en una relación de pareja). El más reciente de ellos es el de Gaya Concepción.
Explicó que, de la totalidad de los feminicidios directos, el 12% se da en municipios del sur de Puerto Rico. “De los íntimos identificamos dos en Yauco, uno en Ponce, uno en Guánica y de los que están bajo investigación, tenemos uno en Villalba y tres en Ponce. De los feminicidios indirectos, hay dos relacionados al crimen organizado, uno en Ponce y otro en Guayama”, enumeró.
“Es importante destacar que estamos viendo una violencia generalizada en nuestro país, lejos de pensar que estos feminicidios solamente se dan en el área norte y metro, estamos viendo casos en toda la isla. El 14% de los intentos de feminicidios también fueron en municipios del sur de la isla”, sostuvo Figueroa.
Especificó que los 80 registrados hasta el momento en 2024 incluyen: 20 feminicidios íntimos, un trans-feminicidio, 5 feminicidios familiares, 3 feminicidios no íntimos y 41 casos de muertes violentas de mujeres de las cuales no se conoce el contexto y están bajo investigación. Además, se registraron otros 10 feminicidios indirectos, ocho relacionados al narcotráfico y dos, por sobredosis de drogas.
A eso se suma, que, al 31 de octubre de este año, cinco mujeres y tres niñas de 17 años o menos, permanecían desaparecidas, agregó Figueroa.
Sostuvo que las cifras recopiladas por el OEG son diferentes a las del Negociado de la Policía porque “nosotros llevamos una estadística desde la salud pública” y que no solo incluyen cifras de las mujeres asesinadas a manos de sus parejas, sino de otros contextos de muertes violentas que sufren las mujeres.
“El año pasado (2023) cerró con 72 feminicidios. Cuando comparamos con años anteriores vemos que ese aumento se ha mantenido de manera sostenida”, puntualizó la portavoz del OEG. “Este año ha sido violento, ya ha superado la cifra del pasado año y nos preocupa grandemente porque no vemos un plan por parte del Estado para atender o reflexionar sobre lo que fue el estado de emergencia, cuáles fueron los logros y alcances, las áreas de oportunidad que no se trabajaron y qué está causando que el problema en vez de estar en disminución haya aumentado. En las plataformas del gobierno entrante no vemos que se priorice sobre este asunto de seguridad y protección para las mujeres y las niñas del país”, sostuvo la trabajadora social.
“Tenemos una gran cantidad de casos que están bajo investigación que no necesariamente se ha identificado el mobil o se ha identificado a una persona de interés y son familias que no han podido cerrar el ciclo y están esperando ver la justicia. Esa es una cifra alta que nos preocupa y que se sigue acumulando con otros casos de años anteriores”, indicó. Agregó que este año se han identificado cinco feminicidios familiares y tres feminicidios no íntimos. Mencionó como ejemplo de un feminicidio no íntimo el que cometió el convicto Hermes Ávila Ayala el pasado abril cuando quedó en libertad con un pase ilegal y le quitó la vida a Ivette Joan Meléndez, cuyo cuerpo fue encontrado en Manatí.
Figueroa sostuvo que la OEG contabiliza también los intentos de feminicidio, que son mujeres que sobreviven a un ataque y que tienen una alta probabilidad de vida por los cuidados médicos. Dijo que en lo que va de 2024 han identificado 73 intentos de feminicidio, 62 en mujeres y 11 en niñas menores de edad. “A veces vemos estas cifras oficiales y las vemos bien pequeñas para la magnitud del problema que va más allá de un feminicidio íntimo. Vivimos una violencia generalizada en contra de las mujeres y las niñas”, acentuó.
Aumento en uso de armas de fuego
Figueroa alertó también que en el análisis comparativo el OEG encontró un aumento astronómico en los feminicidios cometidos con armas de fuego. “Ese es otro detalle que nos preocupa muchísimo”, dijo al agregar que entre 2019 y 2020 la cifra de feminicidios cometidos con armas de fuego era de un 30%, mientras que en el informe preliminar de noviembre de 2024 se ha elevado a un 87%.
“Cuando comenzaron a flexibilizar la Ley de Armas de Fuego en Puerto Rico nos opusimos y en un memorial advertimos de todas las repercusiones que eso podía tener”, denunció la trabajadora social. Hizo la salvedad de que no tienen acceso a estadísticas en torno a si el agresor tenía o no licencia de portar armas de fuego.
“No obstante, en muchos casos, cuando la prensa los cubre, mencionan que tienen licencia para portar armas. Es decir que muchos feminicidios se cometen con armas legales, con personas que tienen permiso para utilizar armas de fuego. La situación es preocupante y más preocupante aún es que no hay un reconocimiento del tema, aquí nadie está hablando sobre eso”, agregó. Estamos poniendo armas de fuego en las manos a personas que no tienen la capacidad para manejar una responsabilidad como esa.
Subrayó que el aumento se da en un corto período y “si no trabajamos con esta política pública prontamente no quiero imaginarme cómo esto va a estar en cuatro años más”.
Figueroa dijo que hay una cierta contradicción porque por un lado hay más flexibilidad para obtener una licencia de armas de fuego, mientras por el otro, el Centro de Operaciones y Procesamiento de Órdenes de Protección de la Policía, creado a raíz del Comité Pare, “está haciendo un buen trabajo porque cuando se expide la orden, si la persona tiene armas de fuego, se las incautan”.
Dijo que hay que mirar esa política en cuanto al acceso a las armas de fuego. “La Policía está haciendo un buen trabajo incautando, pero por otro, hay más armas de fuego en la calle”, subrayó.
También subrayó que se sigue registrando un alza en incidentes de violencia de género contra mujeres adultas mayores de 50 y 60 años. El abordaje del problema a ese grupo poblacional es muy diferente al de una joven de 19 a 25 años.
Policía insta a denunciar los incidentes
El director del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Ponce, Daniel Justiniano, reconoció que los casos de violencia género han aumentado, pero dijo que muchos no se pueden prevenir.
“Eso es algo que no se puede medir, va a pasar hoy, va a pasar mañana, es algo que ocurre dentro del hogar. Hay casos que se pueden prevenir porque dan algún tipo de señal, pero hay casos que no. Hay casos que hemos investigado y por la experiencia mía, no ha habido ningún tipo de señal, de querella, ningún incidente que conozcamos”, dijo Justiniano.
Sostuvo que en la mayoría de los casos “familiares saben de incidentes previos, lo saben las amigas, los amigos, los hijos, los padres, pero no dicen nada y si no lo dicen, no podemos hacer nada”.
El oficial agregó que “es importante llevar la voz de que notifiquen porque la víctima al estar en ese ciclo de violencia doméstica se le hace difícil” salir del patrón de maltrato.