Por Liza Fonseca
Terapeuta Ocupacional
Una de las condiciones genéticas más comunes en el mundo, al igual que las capacidades y logros de muchas personas, es el Síndrome de Down. Octubre es el mes para concienciar sobre esta alteración genética.
Es muy probable que conozcas o hayas conocido a una persona con Síndrome de Down. Esto no es una enfermedad, sino una alteración genética en la que una persona nace con un cromosoma extra en el cromosoma 21, lo que causa dificultades en el desarrollo físico y mental del niño. Esta forma de Síndrome de Down se denomina trisomía 21. Cabe destacar que por esta razón, cada 21 de marzo es la fecha designada para celebrar el Día Mundial del Síndrome de Down. Existen otros dos tipos de Síndrome de Down: mosaicismo y translocación.
Algunos niños con Síndrome de Down son completamente saludables. Otros pueden presentar condiciones médicas como cardiopatías congénitas, hipertensión pulmonar, problemas visuales o auditivos, problemas en la tiroide, trastornos convulsivos, problemas respiratorios, problemas digestivos y obesidad. Afortunadamente, éstas pueden controlarse con el debido cuidado médico.
Estos niños tienden a compartir ciertos rasgos físicos como es la cara aplanada, ojos almendrados, orejas, manos y pies pequeños, cuello corto, flexibilidad excesiva, y protrusión lingual (lengua que sobresale).
Otra de las características más comunes es el bajo tono muscular; médicamente conocido como hipotonía. Esto puede afectar el proceso de la alimentación, comunicación, desarrollo motor y en las habilidades básicas para cuidar de sí mismos, como es el comer, vestirse y aprender a usar el baño.
Por lo tanto, es esencial la intervención temprana dirigida a infantes de 0 a 3 años. Razón por lo que la terapia ocupacional juega un papel muy importante en el desarrollo de estos niños.
Tanto el profesional de terapia ocupacional, de terapia física y del habla- lenguaje intervienen interdisciplinariamente con el niño. Su objetivo es promover un máximo desarrollo en cada etapa; respectivamente.
La integración de los padres y sus familiares es clave en este proceso terapéutico.
El terapeuta ocupacional está capacitado para trabajar con los niños con Síndrome de Down; ayudándoles a alcanzar su más alto nivel de independencia y una mejor calidad de vida. Mediante el juego, se estimula en el niño el desarrollo de las destrezas motoras finas, motoras amplias, sensoriales, perceptuales, cognitivas y de cuidado propio, entre otras. Ayuda a que el niño explore su medio ambiente a través de los sentidos.
Este profesional de la salud aplica ejercicios con la intención de promover el movimiento deseado como por ejemplo que alcance un objeto, eleve su cabeza desde posición boca abajo, se voltee, logre sentarse y gatear. Facilita el que los niños utilicen los juguetes con propósito, de manera que adquieran los agarres adecuados que los preparen en sus destrezas escolares futuras y en otras facetas de su vida diaria. Además, que pueda integrar el uso de equipo adaptado de manera que le facilite la realización de las actividades como es al comer con una cuchara o plato especializado.
Cada uno tiene la capacidad de aprender, desarrollar sus propias habilidades y destrezas a lo largo de la vida. A través de los años, es más frecuente verlos destacarse en diferentes campos laborales, del arte, empresariales y moda. Cada persona con Síndrome de Down es única y merece ser respetada e incluida en la sociedad.
Para más información puede escribir al Colegio de Profesionales de Terapia Ocupacional al siguiente correo electrónico: cptopr10@gmail.com o lizavfonseca@hotmail.com.