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Transforma un vagón en supermercado

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SANTA ISABEL – Resulta común encontrar diversidad de restaurantes sobre ruedas, mejor conocidos como food trucks, alrededor de la Isla. Desde comida típica, internacional, pizza o hasta café y postres son algunas de las opciones gastronómicas que se ofrecen en un vagón. Pero un supermercado dentro de un contenedor no es algo que veamos todos los días.

Meldwin Rivera Rodríguez tuvo varias razones para crear el Vagón Superette. Aunque no es un secreto que por lo general resulta más costo efectivo el mantenimiento de un vagón, comparado con los gastos operacionales de un local, el santaisabelino tuvo una razón de mayor peso a la hora de hacer su negocio.

“Todo comenzó durante la pandemia. Sin duda alguna, quería tener otras fuentes de ingreso y a la misma vez quería hacer algo para servir a mi comunidad. Yo nací, me crie y vivo aquí en el Barrio Playita Cortada. Esta es mi gente”, relató el joven.
Pero Meldwin quería emprender con un negocio eco amigable.

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“Como biólogo buscaba diversificar mis ingresos, pero sin afectar al ambiente. Eso lo he logrado con este negocio. Puedo servir a la comunidad y de una forma sana”, explicó el joven, quien cursa un doctorado en ciencias ambientales y se desempeña como profesor de ciencias naturales.

El Vagón Superette ofrece la mayoría de los productos que se pueden conseguir en grandes cadenas de supermercados, pero sin alejarse del propósito de servicio de su propietario.

“La diferencia es que nosotros entregamos las compras a la puerta de las casas de los envejecientes, personas enfermas o impedidos. Esta es mi comunidad y de alguna forma busco cada día retribuir el cariño y el apoyo que recibo de mi gente”, indicó Meldwin.

Aunque el joven reconoce que la burocracia y la permisología fueron la parte más difícil a la hora de hacer su negocio, hoy día celebra que la acogida y el apoyo de su gente ha sido mayor al esperado.

“No puedo dejar de dar gracias a mi comunidad y a mi mamá. Ella siempre me crio como una persona de bien y sus consejos los guardo y los atesoro cada día. Soy bendecido por tener una madre como ella”, expresó el empresario.

Aunque el Vagón Superette y la residencia de Meldwin sufrieron daños con el paso del Huracán Fiona, el joven decidió ayudar a su comunidad y convirtió su negocio en un oasis para los vecinos.

“Las semanas siguientes al paso del huracán nos mantuvimos ofreciendo comida caliente para los vecinos. Esto fue un trabajo en comunidad. También instalamos receptáculos de corriente para que las personas pudieran cargar sus celulares y sus equipos y pusimos un televisor para ver películas. En medio de la dificultad, pasamos un tiempo bonito y de paz. Yo siempre voy a estar agradecido de mi gente y mi comunidad”, indicó el propietario del Vagón Superette.

Meldwin planifica ampliar su negocio con un coffee shop, un restaurante y variedad de carnes frescas para sus clientes.

“Cuando nos acostumbramos a servir y ayudar, nunca faltan las recompensas. Soy más que bendecido”, expresó.