Por Sara R. Marrero Cabán
PONCE – “Tembló Ponce”. Así describieron los sobrevivientes la destrucción del antiguo barrio Mameyes en la Ciudad Señorial que irrumpió la madrugada del lunes, 7 de octubre de 1985.
“Eso fue algo espantoso, eso fue algo que había mucho dolor, mucho llanto, mucha desesperación. Fue una madrugada bien triste. Ese dolor se lleva siempre en el corazón”, narró Israel Collazo, líder comunitario y sobreviviente de la tragedia.
Ese día, se registraron 24 pulgadas de lluvia en 24 horas debido a las lluvias copiosas de una onda tropical estacionaria que pasaba por Puerto Rico, luego clasificada como la tormenta tropical Isabel. En Ponce, por su parte, se registraron 5.5 pulgadas de lluvia en dos horas.
El punto culminante, sin embargo, fue la detonación que muchos sobrevivientes describen como “un rayo” que cayó en el monte y socavó la tierra.
Lo que en un instante era una comunidad llena de casas se convirtió en la sepultura de cientos de personas. Algunas casas ardieron en llamas, otras quedaron soterradas completamente bajo el fango, enterrando también familias y ciudadanos para nunca ser encontradas.
Del desastre se recuperaron 86 cuerpos, cuales yacen en el cementerio El Yeso. Se estima que la cantidad de fallecidos sumó a más de 300, aunque nunca se ha confirmado la cifra.
Nebuloso el porqué
A pesar de que la destrucción se atribuye al deslizamiento de la tierra, perdura la duda de qué exactamente provocó que la tierra cediera.
Para la mayoría, fue un rayo que impactó la montaña. Para algunos, fue el escape de líquido y la inestabilidad y sobresaturación del suelo, ya sea de un tubo de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) o el uso inadecuado de pozos de agua. Para otros, fue un evento calculado del gobierno estadounidense.
Requieren compromiso gubernamental
En fin, los sobrevivientes exigen que la administración municipal mantenga y restaure el Parque de la Recordación. Sobre todo, que su obra no se limite a trabajos de ornato el día antes del aniversario anual.
“Lo que hacen es prometen, prometen y no hace nada. Ya estamos cansados y llegamos con molestia, llegamos con dolor, llegamos con angustia. Eso es una falta de respeto hacia los muertos. Nosotros respetamos a nuestros muertos. El que no pasó el dolor, no les importa. A nosotros sí, porque allí murieron nuestros seres queridos, vecinos, amigos, y eso hay que darle respeto al ser humano. Eso es un campo santo. Pero, la administración municipal no tiene responsabilidad”, señaló Collazo, quien era un adolescente cuando ocurrió el desastre.
“Nosotros queremos un cambio, que ayuden a la situación”, comentó por su parte Jorge Luis Barbosa Torres, también sobreviviente y quien perdió a cuatro sobrinos en la madrugada del 1985.
La administración municipal anunció que la actividad de recordación que se celebrará de 10:00 a.m. a 6:00 p.m.
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“Por motivos de la pandemia se dará el espacio para que los residentes de las comunidades Nuevo Mameyes y Ferry Barranca puedan visitar el Parque de la Recordación de la antigua Comunidad de Mameyes y les rindan respeto a sus seres queridos. Se tomarán todas las medidas de seguridad ante el COVID-19”, especificaron.